La explicación de prácticamente cualquier hecho de 2020 incluye a la pandemia y el funcionamiento del HCD de Olavarría no es la excepción. En varios ejes se vio el impacto.

La primera sesión ordinaria fue el 12 de marzo. Días después se declaró al emergencia por el coronavirus y las actividades se suspendieron hasta mayo. Recién el 14 de mayo se volvió a sesionar y sin público. Las comisiones se reunieron de manera virtual casi todo el año. Se suspendieron también las actividades organizadas por el Día de la Mujer -previstas a lo largo de marzo- y del Día de la Memoria.

El presidente Cenizo emitió un decreto para habilitar las sesiones remotas, pero nunca fue tratada en sesión la modificación del reglamento interno.

En cuanto a los proyectos, también la pandemia estuvo presente. Los debates en torno a la gestión local de la situación sanitaria y con las finanzas municipales afectadas fueron frecuentes, y se trataron propuestas acerca de medidas locales adoptadas para el control del avance del virus. Los puestos sanitarios ubicados en los accesos así como la situación de los geriátricos, fueron algunos de los temas que volvieron recurrentemente. A ello se sumó la mirada de la oposición acerca del manejo económico, especialmente los gastos en el área de Salud y los ingresos percibidos.

Y a todo esto, se sumó el Concejo como resonancia de los reclamos de distintos sectores comerciales y económicos con rubros restringidos o directamente impedidos en el marco de las fases que fijó la Provincia. Así se debatieron internamente y en sesiones los pedidos de los gimnasios, los clubes deportivos, los organizadores de eventos, las empresas de turismo, entre otros.