La presencia cada vez más fuerte de las plataformas de streaming
Después de un año y algunos meses de pandemia, aumentaron las suscripciones a los diferentes soportes que ofrecen entretenimiento on demand para todos los gustos y generaciones. ¿Qué pasará con otros productos culturales? Tres especialistas brindan su opinión al respecto.
El aislamiento obligatorio decretado durante el 2020 y la limitación de la circulación durante parte del 2021 por el COVID- 19 incidieron en el aumento de las suscripciones a las diferentes plataformas de streaming: Netflix, Amazon Prime y Disney (+) fueron las más elegidas. El pasar más tiempo en casa propició el consumo de diferentes productos culturales. Por encima de todo, se eligieron los contenidos on demand. Sin embargo, aunque hubo un desplazamiento de esos productos, un hecho curioso fue que aumentó la lectura de libros (tanto en formato papel como e-book) respecto a otros años.
La presencia de las personas en sus casas aumentó de forma notable: por trabajo, escuela, deporte, hobbies y pasatiempos, todos tuvieron que desarrollarse dentro de los hogares. En ese contexto, si bien venían ganando terreno las diferentes propuestas de streaming, se acentuaron las suscripciones y cada una fue consolidándose cada vez más.
Los contenidos que presentan son variados, desde lo mainstream, masivo y popular a los dirigidos específicamente a un sector de la población. "Los nichos" señala Sebastián Magallanes, quien trabaja como periodista y es especialista en cine, medios y audiencias. Para él, las personas eligieron suscribirse a determinada plataforma porque podían encontrar ofertas acordes a sus gustos, con la facilidad de poder verlas en cualquier dispositivo y lugar, y con el plus de proteger los equipos de las descargas ilegales.
Es que además de Amazon Prime, Disney (+) y Netflix, existen otras páginas para ver online o descargar series y películas. Y hay un número importante de la población que elige estos sitios porque puede acceder a contenidos que no se encuentran en otros lugares. Sebastián Lindner, especialista en Comunicación y coordinador de Radio Universidad, coincide con Magallanes en que hay un tráfico importante también en dichas páginas web, aunque eso se enmarca en la ilegalidad.
Ivana Roldán, @iviterecomiendo en Instagram, recomienda series y películas en dicha red social. Para ella, la diferencia principal que existe entre las plataformas es que la pionera en el mundo fue Netflix, por lo que es la que más se menciona en el "boca a boca". Ofrece contenidos para todo público (desde el infantil hasta adultos mayores) principalmente dentro de lo convencional, aunque existen ofertas que no se encuentran en otras (como el animé, por ejemplo).
Aunque en Amazon también hay productos masivos, se hallan producciones para determinados nichos: películas raras, bizarras, clásicas, de origen latinoamericano. En el caso de Disney (+) no sólo están las películas clásicas infantiles, sino que también se pueden ver las últimas series lanzadas por Marvel -como Wandavision o Falcon y el soldado del invierno- o programas de National Geographic.
"Las plataformas han sabido comprender a las audiencias, mediante el big data" señala Sebastián Magallanes. El big data, que se refiere a la cantidad de datos que cada uno genera cuando navega en Internet, es una herramienta que les permite a las empresas decidir la producción de contenidos de acuerdo al comportamiento de cada uno de los usuarios. En este sentido, Sebastián Magallanes señala que "ya no se dirigen al público en general" sino que apuntan a determinadas audiencias en particular.
Un aspecto que destaca Sebastián Lindner es que Netflix es el que más desarrollado tiene el algoritmo por el que recomienda a cada usuario contenidos, en base a lo que ha mirado, pero también publicidades personalizadas. "Parece menor, pero no lo es. Están hasta en el último detalle". Esto implica que hay una categorización de los consumidores, de acuerdo a su comportamiento van a encajar en cierta categoría.
El desplazamiento de otros productos culturales
La televisión, la radio, la lectura de libros son algunos de los consumos que han caído. Frente al posicionamiento de las diversas plataformas de streaming y de contenidos on demand, han perdido espectadores, oyentes y lectores. Los tres especialistas en comunicación atribuyen esta disminución de las audiencias a que estos medios no han podido o no han sabido adaptarse a las nuevas necesidades del público.
Para Ivana Roldán la televisión especialmente ha sufrido un desplazamiento y lo atribuye a que sólo ofrece noticieros las veinticuatro horas del día cuyo contenido "es deprimente y apunta al miedo". A su vez señala que habría que repensar los contenidos para aumentar su audiencia. En ese sentido, agrega que "faltan ficciones argentinas. Queremos ver historias, vivir sueños. Ya demasiado para tanta realidad".
Sebastián Magallanes, en relación a la supervivencia de la televisión, sostiene que van a sobrevivir aquellos medios que sepan entender las demandas de las audiencias, "no los más fuertes". Los que sean capaces de "re- adaptarse" van a continuar existiendo ya que los usuarios quieren ver los contenidos en el momento y el lugar que ellos decidan.
Por su parte, Sebastián Lindner opina que la TV va a desaparecer, "así como la conocemos. Se va a transformar en otra cosa, a la fuerza, porque son medios muy tradicionales que les cuesta aceptar esos cambios relacionados con las tecnologías. Y eso implica un cambio cultural muy profundo en el mundo".
Los medios van a permanecer entonces en tanto comprendan que las formas de consumir los contenidos cambiaron y ya no se relacionan con el momento sincrónico, con el "vivo", sino que los usuarios exigen que estén disponibles en cualquier momento.
El caso del cine
A diferencia de la televisión o de la radio, los cines generan una experiencia particular que no se compara al resto. El hecho de ir al cine, sentarse solo o acompañado, disfrutar de una historia y hacerla propia, evadirse de la realidad por un tiempo determinado desde que se apagan las luces hasta que comienzan los créditos y se vuelven a encender, son algunas de las cosas que forman parte de la vivencia que cada uno tiene cuando va a ver una historia.
Para Ivana Roldan, se trata de una "experiencia mágica" mientras que Sebastián Lindner asegura: "por más que uno tenga todas las comodidades en su casa, que tenga el mejor equipo de sonido y de imagen, el cine no va a desaparecer".
Y es que, a pesar de la sobrecarga y del hiper consumo de productos audiovisuales, el cine "es otra cosa, va a seguir siendo otra cosa. La gente va a seguir yendo, incluso con más ganas después de haber estado un año cerrado" concluye el coordinador de Radio Universidad. (Agencia Comunica- FACSO)