La tecnología digital 3D ha ido abriendo un nuevo camino en la odontología. Pero no es nuevo todo esto para los hermanos Rodrigo y Ramiro Campagnale, dos de los profesionales (cirujanos maxilofaciales) que forman parte del staff médico de la Clínica Vivax (Moreno y Bolívar), liderada por su padre Ramón Saúl Campagnale. Aunque luego de recibirse juntos el 23 de diciembre de 1977 ("Fue un viernes", recuerda Ramiro, o Toti) ellos siguieron quedándose unos años estudiando y haciendo residencia, entre Buenos Aires y La Plata (de lunes a miércoles) para venir el miércoles de cada semana a Olavarría y continuar trabajando al lado de "Cacho", para instalarse definitivamente en la Clínica Vivax.

"Todo ha ido avanzando últimamente de una manera increíble, ya que a la tecnología digital prácticamente se la utiliza cotidianamente. Es la digitilización de imágenes y su conversión a la realidad en la boca, así sea el trabajo sobre coronas, puentes, incrustaciones, restauraciones, haciéndose éstas en porcelana en su mayor porcentaje. Obviamente, en porcelana de acuerdo con los costos, pero se apunta a eso porque es lo mejor" comenzó contando Rodrigo.

"Obviamente está la odontología convencional, pero la aparición de la tecnología 3D nos hace adelantar muchísimo tiempo de trabajo. Es que antes uno dependía de un laboratorio para hacer ese trabajo y ahora, con esta tecnología se hace todo en una sola sesión en la boca del paciente, ya que uno puede ver cómo va a quedar la porcelana inclusive con los pigmentos que corresponden. Se ve absolutamente todo cómo le va a quedar el arreglo al paciente. Eso comenzó haciéndose con implantes, pero ahora se puede aplicar para hacer coronas, incrustaciones, restauraciones; un arreglo de una caries que antes se hacía con una amalgama (el viejo plomito, como se le dice comúnmente) hoy se hace el hueco, se escaneo y se pone la restauración de porcelana, con materiales más blandos" indicó Ramiro.

"Para explicarlo mejor, se hace un escaneo digital con una cámara láser que capta tridimensionalmente la información de la pieza dentaria a reparar. Ese método se hace con una computadora que tiene el escáner y una vez que procesa la información la traslada a la pantalla, y se hace una reproducción exacta de lo que tiene el paciente en la boca. A partir de ahí tiene parámetros para confeccionar una corona, un implante, una incrustación, una arreglo, una carilla estética que se usan ahora para hacer frentes. Así se produce la reconstrucción que se ve en la pantalla de la computadora, y luego esa información se traslada de manera digital y por wifi a una, diría fresadora, que es una máquina que talla un taco de porcelana pura, que es diseñado por la misma máquina en la computadora. Eso permite, cuando se ve la imagen, de achicar, engrosar, agregarle lo que sea necesario, todo digitalmente. Una vez que pasa a esa fresadora -que es la parte tangible, donde se transforma en real lo hecho en 3D-, y allí se coloca un taco de porcelana, que es -como digo siempre- como una madera en bruto, y la máquina le da la forma según el detalle previo. Al cabo de 10 a 15 minutos está la corona totalmente tallada, en porcelana pura (antes eran de porcelana sobre metal), lo que otorga una estética brillante, casi similar a la transparencia de un diente natural. Y le da el color adecuado", explicó Rodrigo.

¿Cuáles fueron las innovaciones que han llegado últimamente a la odontología?

Ramiro: "Lo digital -que ya comentamos- lo estamos trabajando activamente hace dos años. Y ahora hemos incorporado lo que se llama armonización orofacial. Esto es lo que se viene en la odontología moderna, que nosotros también ya estamos trabajando. Se hacen con técnicas no invasivas los diferentes rellenos de ácido hialurónico, aplicación de toxina botulínica en zona facial y algún que otro tipo de cirugía llamada bichectomía, que es para afinar los pómulos, que es un procedimiento simple realizado por el cirujano maxilofacial.

Rodrigo: "Lo que nos compete a nosotros tiene que ver con lo que puede hacer un odontólogo cirujano maxilofacial. Es una técnica no invasiva -similar a la aplicación de una anestesia, por lo que es algo que hacemos cotidianamente- y se utiliza para la disminución de arrugas del tercio superior de la cara (frente, patas de gallo, entrecejo y bruxismo), para aumentar el volumen en zonas puntualmente estéticas (resalte de pómulos y/o afinamiento facial, contorno mandibular, disminución de surcos de envejecimiento, aumento y contorno de labios y rinomodelación, es decir escultura nasal).

"Ramiro: "Y la bichectomía es un procedimiento que consiste en la reducción facial de lagrasa ubicada en el interior de las mejillas, otorgando un mejor contorno a la cara y apariencia en los pómulos. Es que a partir de los 30 años comienza el deterioro de la piel y los primeros cambios pasan inadvertidos, pero existen ahora estos tratamientos son delicados y armoniosos que brindan resultados naturales para que el paso del tiempo no sea un problema, y a ese trabajo podemos hacerlo los odontólogos".

Rodrigo: "Durante un año hicimos la capacitación en Buenos Aires y este año trajimos todos los productos para comenzar a trabajar y también informar a nuestros pacientes, que estaban desconociendo esta modalidad. Lo que hacemos es acoplar a los tratamientos odontológicos -especialmente en aquellos que han perdido piezas dentarias y que en la parte peribucal tienen arrugas o depresiones- les mejoramos ese aspecto, rejuveneciendo la piel inclusive. No es algo quirúrgico, sino que es como si se aplicara anestesia bucal, por lo que es similar y no es invasivo en absoluto".

¿La prevención en la odontología es algo que los pacientes toman conciencia para realizarla?

Ramiro: "Todo esto que comentamos anteriormente no reemplaza la prevención. Es que la prevención hay que hacerla permanentemente. Todos los días hay que cuidar la dentadura, hacerse el control siempre, limpieza, etc. Además están las campañas de cáncer bucal, que son importantes. La campaña que se hace en Olavarría desde hace más de quince años, con la gente de LALCEC, se apunta a que la gente conozca o se informe sobre la existencia del cáncer bucal. Muchos se sorprenden cuando se les dice esas dos palabras, pero deben tomar conciencia. El mecanismo principal es la prevención y tener cuidado con los hábitos nocivos como es tabaquismo, alcoholismo, etc.".

Rodrigo: "En cuanto a síntomas, hay que estar atentos a las lesiones blancas o rojas que no se van; úlceras (o llagas como se dice habitualmente) que no cicatrizan; algún bulto en el cuello o en la zona de la lengua, por lo que ahí hay que hacerse el control urgente con el odontólogo. Se aclara, asimismo, que esos signos aparecen primeramente pero para que sea un cáncer bucal hay antes pasos intermedios, porque puede haber una lesión y se puede dudar; pasados quince o veinte días que si no desaparece esa patología, no se cura, recién ahí se hace una biopsia y después hay que ver si es un cáncer bucal. No es que una lesión de ese tipo ya se confirma que es cáncer, sino que hay varios estadíos que deben ocurrir antes".

¿La ordodoncia también trae cambios estéticos?

Rodrigo: "Sí, por supuesto. Está muy de moda lo que se llama ortodoncia invisible, que nuestro padre (Ramón Saúl Campagnale) la está usando muchísimo. No se usan más los brackets. Con la máquina 3D de tecnología digital se hace el escaneo de la boca, luego con un programa no quirúrgico (no el de implantes ni de prótesis) se ven todos los dientes en su posición actual y ese mismo programa los va girando los grados que sean necesarios, en forma progresiva. De esa manera confecciona modelos secuenciales para que queden los dientes alineados. Es que cada modelo escaneado permite que con las impresoras 3D hacen placas de acrílico, por ejemplo en diez posiciones diferentes -que son enviadas desde Estados Unidos- y el paciente cada un mes y medio las va cambiando, hasta solucionar y tener los dientes ubicados en la posición final. De esa manera, se hace una ortodoncia sin brackets y el paciente se las coloca cuando quiere, hasta tener la denturadura correcta".

¿Y en la cirugía maxilofacial?

Ramiro: "Lo más nuevo tecnológicamente es la utilización del llamado bisturí piezoeléctrico. Consiste en un escalpelo o bisturí que actúa por vibraciones, hace los cortes más seguros sin herir arterias o nervios, y el paciente tiene un mejor postoperatorio luego del corte del hueso. Esta tecnología también permite un mejor trabajo para el cirujano maxilofacial y una mejor recuperación al paciente".