"La campaña apunta a concientizar sobre los riesgos del humo de tabaco de primera mano que inhalan directamente los fumadores, el de segunda mano que respiran los no fumadores y el de tercera mano. Este último es del que menos conocimiento se tiene entre la población. Se trata del tabaco invisible que queda impregnado en el ambiente de los hogares y permanece después de haber apagado el cigarrillo, pudiendo ser muy perjudicial especialmente para niñas y niños, y personas de tercera edad", explicó Walter Martello, Defensor del Pueblo Adjunto y responsable del Observatorio.

Al fumar dentro del hogar, las sustancias tóxicas permanecen en muebles, alfombras y juguetes durante meses.

El humo puede pasar de una habitación a otra. Incluso si la puerta está cerrada. Asimismo, abrir las ventanas o encender ventiladores o aparatos de aire acondicionado no elimina las sustancias tóxicas contenidas en el humo del cigarrillo.

Martello remarcó que, en el contexto de pandemia que vive la Argentina, es necesario "redoblar esfuerzos" en la lucha contra el tabaquismo.

Casi el 20% de los fallecidos por covid-19 registraban factores de riesgos preexistentes por haber sido fumadores/as, ex fumadores/as o padecer la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Desde la Defensoría del Pueblo bonaerense, a partir de un relevamiento realizado el año pasado, se viene advirtiendo un incremento del consumo de tabaco en los hogares de la provincia de Buenos Aires producto de la pandemia covid-19, lo que constituye un importante factor de riesgo para fumadores activos y pasivos.

El mencionado estudio, realizado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, determinó que el 5% de las y los consultados incrementó el uso de sustancias durante el confinamiento, de los cuales el 30,8% dijo haber aumentado el consumo de tabaco.