Olavarría, una ciudad con profundas raíces industriales y cuna de cementeras, hoy se enfrenta a los fantasmas del pasado y a una realidad preocupante. Atrás quedaron los días de desarrollo minero y brutal explotación de la mano de obra indígena, pero surgen nuevas preocupaciones relacionadas con la contaminación y las repercusiones en la salud.

El Fantasma de la Silicosis

La silicosis, denominada antiguamente como "enfermedad de los mineros", ha plagado a la comunidad laboral por siglos. Su aparición está vinculada a la inhalación de partículas microscópicas de sílice, comunes en ambientes industriales. Las cementeras, junto con otros sectores como la metalurgia y la mampostería, exponen a sus trabajadores a estas partículas, resultando en enfermedades pulmonares graves.

Estos síntomas, como la disnea agravada, tos, fatiga y dolor en el pecho, pueden no manifestarse sino hasta diez años después de la exposición continua al sílice. Y, aunque en los años '70 se la reconoció como una enfermedad laboral en Argentina, la industria cementera de Olavarría, la principal productora a nivel nacional en aquel entonces, permaneció en las sombras.

El Desafío Olavarriense: Pasado y Presente

Los años '70 no solo fueron testigos de una clase obrera en plena lucha por sus derechos. También fue el período donde se destaparon las condiciones insalubres de los trabajadores del cemento. Gracias al arduo trabajo de los Dres. Buhrle y Martínez, se identificaron cinco casos de silicosis, todos ellos empleados de la misma compañía cementera.

La situación en Olavarría cobró notoriedad nacional con la publicación de sus descubrimientos en "Prensa Médica Argentina". Sin embargo, la dictadura militar de 1976 silenció estas voces y permitió que la industria prosperara, aún a costa de la salud de sus trabajadores.

Actualmente, Olavarría enfrenta nuevas preocupaciones. Las cementeras de hoy no solo exponen a sus empleados al riesgo de la silicosis, sino que también contaminan el medio ambiente con la incineración de residuos peligrosos bajo el disfraz de "combustibles alternativos". Estos procesos liberan venenos dañinos, desde residuos petroquímicos hasta neumáticos viejos, en el aire.

El Silencio Complice

Un aspecto preocupante es la falta de investigaciones actuales que analicen la gestión ambiental y los efectos de la contaminación en la ciudad. Se percibe un "pacto de silencio" entre intereses económicos y políticos, que oscurece los verdaderos impactos de estas prácticas.

A pesar de los avances tecnológicos y la conciencia ambiental global, la realidad cotidiana de los trabajadores de Olavarría sigue marcada por la exposición a contaminantes. Y la sociedad, en general, enfrenta los riesgos asociados con un ambiente cada vez más tóxico.

En memoria del Dr. Moreno

El compromiso de la UNICEN, al conmemorar el legado del Dr. Carlos Alberto Moreno, se convierte en un llamado a la reflexión. No solo es crucial recordar el pasado y honrar a aquellos que lucharon por una sociedad justa, sino también reconocer y enfrentar los desafíos actuales.

Es imperativo que Olavarría y Argentina como un todo aborden estos problemas de frente, asegurando un futuro saludable para las próximas generaciones y un ambiente sano para todos.

Fuente: Facultad de ciencias sociales UNICEN