Alguna vez, durante la época de la dictadura pensábamos con mis amigos y compañeros de encierro que los argentinos ya habíamos descendido a los infiernos y que de ahora en más nos tocaba ascender a los cielos. Aplicábamos el tránsito que debieron hacer el Dante y Virgilio en La Divina Comedia y suponíamos que ya no podíamos descender más, por lo tanto ahora nos quedaba aguantarnos el Purgatorio y de allí el Cielo, tal como lo describe la maravillosa obra, una de las más grandes de la humanidad.

Pero nos equivocamos. Los argentinos pueden pasar varias veces por el Infierno y salir sin haber aprendido nada, tocar fondo, anhelar salir del pozo y luego olvidarse del padecimiento. La misma Vicepresidenta se puso a hablar de sus vacaciones de egresados de secundario en un acto en el que estaba formalizando la apertura de un Espacio de la Memoria, en un lugar en donde ocurrieron muchas, muchísimas tragedias.

Desdichadamente para la democracia la gente no quiere saber nada por ahora con los que huela un poco a política. Pero esa casta no hizo nada por revertir esa opinión. No quisieron bajar sus enjundiosas dietas durante la pandemia, se vacunan primero que el resto de la sociedad, ellos y su familia y los gremios que representan, viven como reyes mientras el pueblo pasa hambre y pugna por una vacuna que lo salve de la peste. Esa es la gente que la gente votó para que los represente y terminan siendo privilegiados por el lugar que ocupan.

Acaban siendo la representación de la deficiente institucionalidad que tiene la democracia argentina. Roban y luego reclaman un indulto, y se amparan en en sus seguidores acríticos y obsecuentes que no contemplan el tema de los valores para evaluar a sus líderes. En Finlandia, un legislador trabaja durante 6 meses y cobran menos que un maestro. En Argentina, el período legislativo se extiende durante 10 meses pero los diputados y senadores buscan asegurar sus vidas y la de todos sus familiares durante toda su vida. Aquí, los legisladores creen que la banca es de su propiedad y por ello cambian tantas veces de partido político. El objetivo no es representar al pueblo sino defender la propiedad de sus bancas porque serán ellas las que les asegurarán el futuro propio y el de toda la familia. Y también hacer negocios y negociados con la salud como los que se están denunciando entre el Ioma y los policonsultorios tal como parecen existir en La Plata que fue la plataforma de lanzamiento de este plan de precarización y pamización de la cobertura de la obra social.

El negocio del IOMA

El mismo esquema que se pretende aplicar en Olavarría, también se lo quiere hacer en Tandil y en otras ciudades bonaerenses.

Con el verso de la "gratuidad", pretenden convencer a los afiliados que el nuevo sistema contribuiría a mejorar la atención. Así lo expresó un médico, presidente de Supttioma (Sindicato Unico de profesionales, trabajadores y técnicos), Idelmar Seillant, quien no dudó en calificar a la estrategia de las autoridades del Ioma central con la ayuda de políticos vinculados a La Cámpora y al oficialismo, una especie de "sistema en el que el afiliado pierde primero la libre elección del profesional, también de la clínica o el sanatorio y se termina precarizando la atención. En La Plata armaron un negocio con unos consultorios abandonados que luego reinauguraron para preparar el escenario del futuro negocio. Te designan cualquier médico, muchas veces el que está y no el tuyo y cualquier prestación la someten a una auditoría para que eventualmente te la apruebe si a ellos se les ocurre que corresponde".

Agregó luego que esto está pasando en los laboratorios, con los odontólogos, en donde prestaciones que eran antes de rutina hoy las hacen excepcionales para que no las puedas hacer o pagarlas aparte y a la espera de un reintegro que jamás llega".

Para Seillant "están queriendo aplanar hacia abajo la calidad de la atención y en base a un negocio espurio que no tiene ni transparencia, ni regularidad ni auditoría y va claramente en perjuicio de los afiliados".

La guerra gremial

En Tandil hablaron de "jerarquizar" (quizás un eufemismo engañoso) a algunos médicos para "convencerlos" del nuevo sistema pagándoles un plus salarial "por encima del convenio", es decir cooptarlos a través de este mecanismo y no por la capacitación profesional para sacarlos de su gremio. El objetivo parece ser ese, y como apuntó un profesional "va a generar una distorsión que va a hacer que los médicos que están por fuera se bajen de los convenios. Con esta "estrategia perversa", pretenderían comprar voluntades y llevar a los profesionales que adhieran a un lugar desde ya no puedan volver jamás. El negociado cerraría armando un sistema estatal y completamente precarizado para los afiliados, quizás a imagen y semejanza del que propuso la Vicepresidenta en el Estadio Único de La Plata.

Y, además de esta arremetida contra el IOMA, también ha surgido un conflicto entre el gremio mercantil y el sindicato de trabajadores municipales porque este último pretende instalar una farmacia sindical en General Paz, entre Moreno y Rivadavia y el Ceco le ha salido rápidamente a abortar tal iniciativa alegando que no se estaría respetando la distancia exigida que es la de 300 metros. Sin embargo, José Stuppia ya los cruzó a los Santellán como también al argumentando que "la farmacia del Ceco ya habría infrigido esa disposición cuando la instalaron habiendo una farmacia en General Paz y Vicente López, a menos de 200 metros. Por lo tanto, nosotros vamos a abrir igual y estamos cansados de la cartelización de precios", desafió.

Con la pandemia, entonces, el tema sanitario adquiere preponderancia para la política, sea por la vacunación o por el intento de apoderarse de un negocio muy redituable como es del de Ioma.

Nace un candidato

En el Frente de Todos, César Valicenti estaría preparando a Maximiliano (Maxi) Wesner para que sea el candidato a intendente en 2023, y un desplazado Federico Aguilera por doble partida porque tampoco encabezaría la lista de concejales.

De todos modos, los aires fuera del Concejo Deliberante le han venido muy bien y le han permitido mostrar su apertura y lo mejor de su faceta política. Entonces, Wesner, quien tiene experiencia de gestión (fue secretario de Hacienda en 25 de Mayo) para el diputado provincial sería su candidato en las próximas elecciones ejecutivas.

José Eseverri viene reafirmnado en la práctica lo que tantas veces manifestó públicamente, esto es, que no quiere saber nada de hacer política local. Solo le interesa moverse desde lo institucional y nada más, pero el eseverrismo sí quiere hacer algo y procura armar un espacio dentro o por fuera del Frente de Todos: dependerá de lo que decida Sergio Massa después de los comicios de este año. Tampoco les disgustaría acompañar eventualmente un candidato tan propio de la idiosincracia local como Maxi Wesner. El único obstáculo es el santellanismo que mantiene una aversión casi atávica por el eseverrismo.

El dilema local

Dentro del Pro, María Eugenia Vidal pasó de ser una dirigente "sin tierra", como se la denominó alguna vez, a encabezar "La territorial", y ser una amenaza cierta para los intendentes que se alinean en "El grupo Dorrego" y responden a Jorge Macri quien está preocupado por este avance de la ex gobernadora.

Algunos macristas opinan que el Intendente Galli se apuró en fijar algunas restricciones en vez de esperar que sea la Provincia la que mandara a restringir. "El intendente, tal vez por ingenuidad política le hizo el trabajo sucio a Kicillof", apuntó una fuente política del frente interno. "Galli debe dar libertades y no restringir porque ese es el negocio del oficialismo que está buscando cerrar para postergar indefinidamente las elecciones"

Suponen que fue un error haberse apurado en lanzar una campaña de afiliación de su partido vecinal, Juntos por Olavarría, simplemente porque la política local dependerá de lo que pase a nivel nacional tal como viene ocurriendo desde 2015, y que una lista corta no tendría ninguna posibilidad de prosperar al lado de una lista sábana.

La estrategia de esta opción vecinalista es la de afianzar el plan entre Galli y Bertellys sobre el armado de la lista seccional, lo cual podría tener el efecto deseado o uno impensado.

Las Flores y Cristina

_NOTA

C.F.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner participó el miércoles de en un acto en la localidad de Las Flores para formalizar la apertura de un Espacio de la Memoria que funcionará en la exBrigada de Investigaciones del lugar, en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Eso es lo que dijo el anuncio periodístico, pero Cristina Kirchner acabó haciendo otra cosa. Habló de las vacunas, de la deuda, de sus vacaciones en New York y Orlando con su marido y otros temas de Gobierno que pusieron nuevamente contra la pared al Presidente y a gran parte de su equipo. Pero lo imperdonable fue que terminó banalizando el hecho tan relacionado con la causa de los derechos humanos. Pero es Cristina y nunca se sabe qué es lo que realmente le importa y si sabe diferenciar lo importante de lo baladí.

La Brigada de Investigaciones fue un punto nodal de la represión en todo el ámbito regional y fue uno de los centros de las tragedias de la dictadura. Allí nos llevaron en la madrugada del 16 de septiembre de 1977 sin saber que pasaríamos, junto a los de Monte Peloni, los peores momentos que hayamos pasado en nuestras vidas.

Pero jamás imaginé que la Vicepresidenta iría a banalizar tanto el sitio que fuimos a reconocer primero con la Conadep a mediados de los Ochenta y luego como sitio de la Memoria.

Cristina tiene, como diría el filósofo y poeta mexicano, Octavio Paz, "el alma politizada", en la que solo cabe la especulación.

Aprovechó el momento no para respetar el dolor y establecer una empatía con todo el padecimiento que debimos soportar durante más de una semana en aquella dependencia policial sino que solo pensó en su proyecto de poder y su afán de hacer catarsis por el presunto acoso judicial que ella supone sufrir.

Tuvo la opción de hablar humanamente de aquella coyuntura pero prefirió hacer política electoral y seguir descargando su afán narcisista de prevalecer en un gobierno que no quiere ceder a su compañero de fórmula.

Aquella mañana llegamos casi despuntando el día, veíamos a través de las vendas que nos habían puesto en los ojos las siluetas de hombres armados y escuchábamos un bullicio de niños que después develaríamos su procedencia cuando participamos del primer reconocimiento con los abogados de la Conadep, Daniel Salvador y Juan Pablo Baylac. Provenían de dos escuelas, creo, que funcionaban frente a esa dependencia policial que ofició de "chupadero" durante la dictadura.

De todas maneras seamos empáticos con la Vice y, disculpando la liviandad con la trató el tema el miércoles pasado, contemplemos que quizás no tuvo la capacidad sensorial suficiente para profundizar la dimensión que tenía el lugar.

Allí nos prepararon durante todo el día para la primer sesión de tortura con picana eléctrica. Yo fui el primero, luego continuó mi hermano y posteriormente Mario. Los escuché gritar su dolor desde una especie de calabozo con piso de tierra y ellos también me habrán escuchado gritar a mí. Pero Cristina no imaginó nada de eso, y tal vez no tenga por qué hacerlo, sino que escogió escuchar sus propios gritos. Con una desaprensión absoluta no ahondó en el sufrimiento de entonces y me pareció que no hacía ningún esfuerzo para suponerlo.

Allí, en Las Flores, nos concentraban y luego decidían donde llevarnos: algunos, para el Pozo de Banfield, otros para La Plata y a nosotros a Monte Peloni y luego a la mitad del grupo a La Huerta, en Tandil.

Fue en la Brigada de Investigaciones de Las Flores en donde nos cruzamos en un pasillo con mi querido hermano Oscar. A pesar de nuestra ceguera forzada, nos presentimos y sentí la calidez de su mano en mi antebrazo, esbozando un inequívoco gesto de contención o de compañía. Dos represores nos llevaban al baño y para luego regresarnos a las celdas. Fue en ese lugar en donde escuché el lamento permanente de Graciela, la mamá de su pequeño Juan Pablo, como presintiendo que jamás lo volvería a ver. Y en verdad fue lo que ocurrió.

Pero Cristina aprovechó para presionar a todo el mundo, incluso al mismo Presidente a quien puso, a él y al ministro Guzmán contra la pared cuando dijo que no iban a pagar al FMI. Solo quería decir lo suyo e irse. Pretendía dejar en claro que ella pasaba sus vacaciones en Nueva York y en Orlando para desmentir las sospechas de una supuesta afinidad con el comunismo, minimizando esos destinos inalcanzables para la casi totalidad de los argentinos que hoy se debaten entre la pobreza, la inflación y la inseguridad.

Pero la Vice sobreactuó porque quizás solo pretendía aventar esas sospechas y dejar sentado que ella y su esposo eran gente "muy normal", como dice un rock nacional.

Pero no pudo sacudirse eso y demostró que vive en otra dimensión, muy lejos emocionalmente del dolor de la gente y mucho más de lo que nos había tocado padecer como otros tantos y en todo el país, a tan solo un año del golpe que ella ahora estaba banalizando con sus obsesiones personales y sus descolocados recuerdos referidos a vacaciones conyugales que seguramente importaron a pocos. Pero, aún cuando el contexto es ajeno, Cristina hace lo posible para hacerlo suyo.