Sobre lo primero, o relacionado con la primeras de sus frases, se tejen algunas versiones sobre un fantasma del fraude electoral citado por una periodista nacional supuestamente perpetrado por el oficialismo a través de una avanzada sobre la justicia electoral con jueces absolutamente alineados con el kirchnerismo más duro, lo cual genera una relación simétrica entre la credulidad y la incredulidad, esto es, se trata de una versión, por lo improbable, muy difícil de creer pero al mismo tiempo para nada descartable.

Y aquí se engancha con el segundo axioma del mexicano: "la banalidad de las ideas trae consigo la venalidad de las conductas". Realmente, Argentina es un país con políticos muy deficientes en ideas y proyectos y ello explica la dimensión que ha tenido y tiene la corrupción.

A lo único a lo que se apela es al confinamiento para instalar en consecuencia un Estado policial. Esa ha sido la única idea del Gobierno que el fanatismo y la necedad han potenciado al punto que se pretendió descalificar a la gente que cuestionaba la cuarentena eterna como si reclamar la libertad fuese un pecado y no una virtud ciudadana.

Los grandes movimientos históricos y las revoluciones se hicieron en pos de la libertad, pero el kirchnerismo pareciera que quiere hacer un cambio social con la gente confinada en sus propios hogares. En fin, una enorme paradoja producto de una mentalidad filo-totalitaria.

Esta es la gran paradoja argentina: un gobierno que el año pasado -no sabemos si ahora también- haya sido calificado de "progre" encerrando a la gente y reprimiendo la libertad, y haya actuado a contramano de la historia de las revoluciones mundiales que se hicieron y se perpetuaron por haber enarbolado el valor "libertad".

Vacunación y elecciones

A la par de los vacunatorios VIP que se fueron instalando en muchos lugares del país está corriendo la versión perversa y cruel que sería utilizar la vacunación con fines electorales. "Están importando vacunas pero ninguna llega al interior de la Nación y parece ser que las están concentrando en el Conurbano para tener su retribución electoral", comentó una versión desde el ámbito político-sanitario.

A la par, el Presidente de la Nación confirma que el hisopado le dio positivo y que deberá aislarse. El tema es que Alberto Fernández, como Moisés, se puede traer todo un pueblo atrás, por su manía de hacer actos públicos, tantos como supo hacer las cadenas nacionales de su compañera de fórmula.

Si la versión de una supuesta intención de fraude fuese cierta, las demoras en la distribución de vacunas en el interior bonaerense y del país y la concentración de las dosis en el Conurbano podría configurar una maniobra para postergar indefinidamente las Paso, esto es, y como dijo un politólogo en la TV, "se vacuna a quien los va a votar y no se vacuna a quienes se sospecha que van a emitir un voto opositor". La hipótesis genera estupor.

De nuevo, si esta conjetura fuese verdadera confirmaría aquello de Castaneda de que no hay ideas ni proyectos, solo afán de poder, y la pandemia pasa a mostrar la cara más horrorosa de la política nacional.

En la novela de Albert Camus "La peste", el amigo del doctor Rieux lo invita a este a observar un tipo que se había comportado como un miserable durante la enfermedad pero se queda llorando cuando contempla los juguetes de la vidriera de una juguetería. "Dígame si el hombre no tiene más cosas para amarle que para odiarle", le dice a Rieux con infinita comprensión y tolerancia.

Pero en Argentina, si todo es como se dice, sería menos literario y mucho más abominable porque se estaría anteponiendo el poder político por sobre la vida de las personas.

El enojo provincial

La situación con las vacunas es una verdadera calamidad, puesto que no solo no llegan al Interior sino que las que logran llegar, se pierden por negligencia o lo que fuere. Esta semana, en el Pami de Azul se desperdiciaron 300 vacunas por la misma causa de las 400 que se habían perdido en Olavarría.

La diferencia es que las azuleñas habrían venido del Pami, por lo que deja afuera de toda responsabilidad al titular de la Región Sanitaria Novena, y políticamente recaería sobre el jefe político de La Cámpora. Es por ello que habría mucho enojo de la Provincia con César Valicenti porque el caso lo expone mucho al Gobernador. Al menos se barajan responsabilidades compartidas, y no porque se le ocurre a alguien o el diputado tenga alguna culpa real de lo que pasó, sino que es pura teoría sobre las responsabilidades políticas.

El caso es que, más allá de los actores, hay hechos que instrumentalmente concluyen en una mala administración de las vacunas y en ambos casos es el Gobernador quien termina compartiendo tales responsabilidades. Con el agravante de que, como advirtió un médico, "no son solo 700 vacunas sino que a cada frasquito habría que calcularle 6 dosis por frasquito". Si fuese así, el daño es casi irreparable.

La UCR se prepara

Pero, así como lo hizo el intendente de Chacabuco, el jefe comunal de Olavarría también debería reclamar por el envío de vacunas a la ciudad. Reclamar y continuar reclamando simplemente porque ese es el pensamiento de la gente y no se puede dejar pasar semejante ninguneo.

El radicalismo se quiere sumar claramente a la interna de Juntos por el Cambio porque están viendo que la compulsa provincia la vienen acaparando solamente la dirigencia del Pro, "que si no es María Eugenia, es Diego Santilli, o Jorge Macri..., y lo mismo pasa con la Nación", se quejó un dirigente radical, sintiéndose relegado de la pelea intramuros.

Se habla de un acercamiento entre radicales y monzoístas, al menos en Olavarría y en otros lugares en donde exista una real afinidad de los principales actores o tener a alguien en el que exista consenso para enfrentarlo.

La interna local de la UCR fue todo un éxito y solo tuvo un precedente en el famoso enfrentamiento entre Helios Eseverri y Mario "Pinocho" Lázaro en la década del ochenta.

También pretenden ir consolidando la figura de Martín Lousteau para 2023, simplemente porque si el economista no es Presidente de la Nación corre el riesgo de quedarse fuera de todo. "O es la Presidencia o es nada", sentenció un dirigente local parafraseando al general San Martín.

Un Massa escurridizo

Sergio Massa logró penetrar nuevamente en la gente con la modificación del impuesto a las ganancias, pero como si le costara permanecer en la avenida del centro, rápidamente se colocó en la grieta en una de las entrevistas que le hicieron el sábado, luego de la media sanción.

El tigrense es como Zelig, se mimetiza fácilmente con el medio que le hace el reportaje y busca agradarle al o a la periodista. Como si temiera o le costara "ser", dicho ontológicamente. O bien se extravió en el mundo simbólico de la entidad o bien perdió definitivamente su personalidad en los meandros de la política nacional. En fin, algo similar a lo que le sucedió al Presidente quien ya no sabe realmente quién es.

Ambos están como "despersonalizados" diría un psicoanalista, y es posible que ni siquiera se estén buscando. Mientras tanto, el pueblo los mira y toma posiciones de acuerdo a sus actos. Y así es la política. ¿O ambos pretenderán que se los comprenda? La gente primero cree para votar luego si supone que su candidato es capaz de resolverle su situación. Lo otro es para el análisis político, psicológico o lo que fuere.

La utopía de Randazzo

Florencio Randazzo continúa armando una alternativa que seguramente, si lo logra, podría restarle al FDT los cinco o seis puntos que logró en 2015.

En la Séptima le queda solamente Eduardo "Bali" Bucca, quien viene armando para su espacio, y buscando un acercamiento con la gente de Emilio Monzó, con quien lo uniría menos el amor que el espanto. Ambos son una especie de desterrados sea del PJ como de Juntos por el Cambio.

Florencio fue rápidamente abandonado por su propia feligresía la que de pronto privilegió mucho más el pragmatismo que la creencia, como si un proyecto político dependiera exclusivamente del resultado contingente de una elección. Desaparecieron todos sus seguidores locales y se fueron en busca de otros espacios que les garantizara la posibilidad de un cargo para poder cobrar. Y a eso, ¿cómo se lo llama? ¿hiperprofesionalización o mercantilización de la política?

Es posible que Randazzo acabe codo a codo con el peronismo ortodoxo o con el monzoísmo, no se sabe, pero lo que parece quedar bastante claro es que el peronismo no tendría progresión, crecimiento o capacidad de aggiornarse si es Cristina continúa pesando en el movimiento.

Pero Florencio incurre en un error y es el de armar algo con "un peronismo puro", algo que sería como encontrar la piedra filosofal o el delirio alquimista que les de el secreto de obtener oro a partir de cualquier metal. Pero, así y todo, buscará encabezar una lista para diputados nacionales por la Provincia, algo que de algún modo le quita el sueño al Frente de Todos.

Galli se planta

La disparidad de fuerzas entre el radicalismo y el monzoísmo es notable, pero dentro de las huestes de Monzó existen políticos muy pragmáticos que no dudarán un instante en sumarse al espacio que conduce Cominotto para presentarse en el distrito y en la Sección con lista propia. Ambos sectores no van a dudar en hacerlo si enfrente está el gallismo, y más allá del resultado, razonan que después de la compulsa el escenario que quede será diferente al anterior por simple aplicación de "la teoría del juego".

Pero, a modo de remate de esta pequeña reflexión bien vale una declaración del principal protagonista. Le llegó a este columnista una expresión del mismo Intendente, quien frente a los amagos de internas para poder negociar algunos de los lugares de la lista, Galli habría disparado un "no", rotundo "si quieren algo, que vayan a las Paso", y cerró el tema. Hace unos días, el Intendente fue absolutamente respaldado por el jefe del Grupo Dorrego, Jorge Macri, quien avaló su intención de protagonizar activamente el armado de la lista seccional para impedir lo que le había ocurrido en 2017 cuando lo dejaron fuera de toda decisión y le impusieron paracaidistas desde los ámbitos centrales de Cambiemos.

El eseverrismo, aunque por ahora sin José Eseverri, está dispuesto a construir políticamente pero dentro del Frente de Todos (lo dijo uno de sus cuadros pero no el jefe) y hacer todo lo que se pueda para 2023 mientras José decide qué hacer. Por ahora andan algunos de sus alfiles invitando a massistas, radicales "a charlar", así ambiguamente lo expresan, porque ellos tampoco saben aún qué estrategia aplicar. Están como parias sin la brújula que les podría dar su lider que hoy por hoy está más interesado en sus cosas personales que en la política, lo que tampoco quiere decir que esto no vaya a cambiar. Pero, por ahora José está más abocado a lo doméstico que a lo público, al oikos que al ágora, dirían los griegos.

Salarios, por el piso

Pero mientras la gente se confinaba en sus casas obligatoriamente y el Gobierno gastaba dinero instando a consolidar su idea de un Estado policial, la inflación crecía a un 50 por ciento y los trabajadores perdían, desde finales de 2018 un 30 por ciento de su poder adquisitivo y un 50 por ciento si se lo medía en dólares.

El Gobierno de Alberto y Cristina Fernández aplicaba en un escenario de pandemia un ajuste que pagarían preferentemente los trabajadores asalariados y los jubilados. Y tanto es así que si se comparan los sueldos con otra referencia, históricamente se podía comprar con un salario unos 100 kilogramos de carne mientras que en diciembre de 2020, solo alcanzaban para adquirir apenas 60 kilogramos.

La pandemia y la política entonces, exhibían su faceta más cruel, los precios de los alimentos y la indumentaria se iban por las nubes y los salarios perdían más poder adquisitivo que el perdido en 2002. Casi un grotesco histórico. Los trabajadores y los jubilados argentinos retrocedían a la situación que habían padecido dos décadas atrás, y como un juego perverso, volvían a ser los sacrificados de siempre por el poder político y las contingencias.