Liniers, nacido en Buenos Aires en 1973, es historietista, ilustrador, pintor y editor, y uno de los referentes de la historieta argentina más conocidos internacionalmente. En 2018 obtuvo dos premios importantes del rubro: el premio Eisner -considerado el "Oscar" de la industria de los cómics, por su libro infantil "Buenas noches, Planeta"- y el Inkpot Award.

El año pasado, el dibujante se dedicó con el diseñador gráfico y artista chileno Alberto Montt a revitalizar sus espectáculos de stand up ilustrado en formato podcasts sin dibujos, lo cual continúan este año, como opción ante la imposibilidad de las presentaciones en vivo.

"Macanudo", la tira diaria que apareció como algo "positivo y esperanzador" en un momento de crisis económica y social, está repleta de personajes, como Enriqueta, su oso Madariaga, el gato Fellini, Olga (que solo dice una palabra), duendes y el misterioso hombre de negro, entre otros.

La aventura de casi dos décadas y una aparente sencillez en sus reflexiones -entre guiños, homenajes y recomendaciones de otros autores y obras- ha colonizado otros países, como Estados Unidos, que desde 2018 comenzó a publicarla en sus diarios a través de la King Features Syndicate.

Este año, Liniers cierra la colección de "Macanudo" con el número 15, que cambia de sello editorial, por lo cual el sello Reservoir Books del grupo Penguin Random House comenzó a publicar los dos primeros números de la serie en versión actualizada, además del último, y a lo largo de los meses completará la publicación de los restantes.

En abril se publicó en inglés el libro infantil "Flores salvajes", disponible recientemente en castellano desde el sello Editorial Común, que fundó junto con su esposa Angie Erhart Del Campo en 2011. Por esta obra gráfica, que forma parte de una serie de tres libros, que rinde homenaje a la infancia y la imaginación y tiene como protagonistas a sus tres hijas, firmó en mayo un acuerdo con VIS de la ViacomCBS para su adaptación animada.

Por otro lado, desde 2014 hasta ahora ilustró siete tapas de la reconocida revista The New Yorker (Manhattan, Nueva York), invitado por la experimentada editora de arte de la revista, Françoise Mouly. Dibujó para la primera tapa un gran elefante sentado en un sillón de la oficina oval del expresidente Barack Obama, tras la derrota de los demócratas ante los republicanos, y en la más reciente de marzo de 2021, la tercera con el subte como escenario, el tema de la primavera y el fin de la pandemia.

"Es algo que todavía me sorprende. Cada vez que publico una tapa me pellizco, no entiendo por qué sucedió esto. Así que lo disfruto mucho y es algo que me da orgullo y felicidad. La pandemia obviamente nos influyó a todos en todos los sentidos y a mí me publicaron una tapa de unas personas saliendo del subte y una flor gigante también saliendo del subte de New York", explica.

"La idea era representar algo de esperanza, algo de luz al final del túnel de esta pandemia insoportable, (en la) que todavía muchos siguen metidos en el túnel y pareciera no haber luz. Creo que las vacunas son esa luz y espero que todo el mundo se vacune y que dentro de dos o tres años miremos muy para atrás esto como si fuese muchos años después de alguna cosa traumática como una guerra mundial o algo así y digamos "uy que insoportable que fue eso", reflexiona.

"La que siempre va a ser mi preferida es una de Halloween que hice con unos niñitos disfrazados, y la razón es porque la chiquita disfrazada de bruja es mi hija menor, Emma. Me gusta sentir que metí a mi hija ahí en la tapa de The New Yorker, y escondí entre los árboles otoñales a Olga. Así que también me parece absurdo que Olga esté en la tapa de semejante revista", señala.

¿Qué te gustaría dibujar y todavía no hiciste? "Una tapa de disco para Charly García", dice divertido. "Disfruto mucho (hacer) las tapas de los discos e hice muchas de gente que admiro y quiero, así que tampoco puedo exigir más que eso". Entre los músicos retratados están Andrés Calamaro, "obviamente Kevin" (Johansen), la banda Kanaku y El Tigre (Perú) y Lisandro Aristimuño, entre otros.

Muchos de sus treinta libros se han editado en Europa, Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur y China; la tapa de libros de Kurt Vonnegut. Participó en shows de Johansen desde 2008, donde pintaba mientras el músico cantaba, actividad que extraña.

Liniers colaboró también en revistas como Rolling Stone, Virginia Quarterly Review y otras; y su tira Macanudo se publicó en Brasil, Canadá, Francia, Italia, entre otros países. Entre las muestras de sus originales y pinturas están ciudades como San Pablo, Río de Janeiro, Lima, Madrid y varias en Argentina. En 2018 tuvo su primera gran exhibición en "The Society of Illustrators" en Nueva York.

"Uno nunca se puede ir de la Argentina del todo"

Marina Sepúlveda

¿Cómo es crear desde un país diferente al que te formaste? "Tu cabeza queda en Argentina. Uno nunca se puede ir de Argentina del todo. Macanudo igual nunca fue una historieta costumbrista ni coyuntural, entonces no está atada a Argentina más allá de mi argentinidad más profunda. Pero no estoy retratando lo que nos pasa a los argentinos sino lo que me pasa a mí como ser humano. Creo que por eso las historietas aparecen en países que no tienen nada que ver con el nuestro y la gente se identifica", dice Liniers en entrevista con Télam.

A Liniers le gusta viajar, moverse y "ensanchar el mundo", una posibilidad que tuvo con la oportunidad de mudarse a Vermont, donde vive con su familia "en medio del bosque", con la opción de que sus hijas tengan una infancia diferente a la suya -que fue en la ciudad- "una infancia tan natural", desde donde "la naturaleza se cuela" en sus dibujos.

De hecho "los últimos tres años es el período verde de ‘Macanudo’, porque los árboles de ser muy simplificados pasaron a ser más reales y aparecen "pequeños arroyos y ríos y lagunas y animales y cosas" con las que se cruza cuando sale a pasear", relata.

Con una obra publicada en muchos países, Liniers discrepa con la idea de que la tragedia es algo universal y la comedia lo opuesto, porque sino "Les Luthiers, Quino, Charles Chaplin y los Simpsons, se quedarían cada uno en su pequeño menester", reflexiona.

"El tema sobre la comedia tiene más que ver con el fracaso que con el éxito. Nadie quiere ver la comedia del capitán del equipo de fútbol que tiene éxito con las mujeres. Queremos ver la comedia del perdedor, del ''hermoso perdedor'' como decía Leonard Cohen. El perdedor puede ser a veces parecido a Chaplin, Woody Allen o al Chavo del 8, y todos fracasamos en este planeta de la misma manera. No importa en donde estemos. Todos fracasamos por amor, económicamente o nos patinamos en la calle igual en todos los países", remarca.

En sus viajes por Latinoamérica con el músico Kevin Johansen y el artista Alberto Montt, el dibujante puedo experimentar "lo lindo de viajar y de conocer muchos países", que es ver que "somos mucho más parecidos de lo que nos tratan de decir", y si bien el pochoclo tiene distintos nombres -cabrita, canchita, palomitas- "en todo lo demás fracasamos todos con la misma elegancia", sostiene. Télam