La instructora -que más que eso es ya amiga de los talleristas- aunó "primavera, alegría y novedades". Es que "desde hace varias semanas, en un secreto total, cada alumno venía preparando su deber artesanal para presentar en el II Concurso de Sombreros con Jurado y Premios especiales". El miércoles se realizó en el Centro de Jubilados San Vicente, donde se presentaron "trabajos que le dieron bastante trabajo" al jurado integrado por Olga Justel, Negrita Catanzaro y "de exportación Vilma Simioni", llegada a nuestra ciudad desde Venado Tuerto, acompañando a los Cuentacuentos.

Los resultados fueron muy peleados por la calidad de las elaboraciones, pero finalmente, se decidió que el primer premio fuera para Nena Castrovinci, de 89 años, por elegancia, y para Zulema Pérez, por creatividad. La primera mención correspondió a Elba Suárez; la segunda a Elida Beltramella; y hubo mención especial para Yolanda Etchebehere. "Esta última había solicitado, con anticipación, permiso para presentarse como Carlos Gardel acompañado por la Primavera (Elba Suárez), personajes que se llevaron las risas y los aplausos de todos".

En la 9 de Julio

Dos días después, el viernes, el encuentro se repitió en la Asociación de Jubilados y Pensionados de la calle 9 de Julio, donde se reúne "un grupo muy numeroso y con representantes algunos más mayorcitos, pero con el mismo espíritu de trabajo y alegría".

En ese espacio, el jurado agregó una nueva integrante, Claudia Umpiérrez, quien colaboró en el veredicto final que le concedió el primer premio a Elena Fré y el segundo a Elsa Acosta, de alegres y dinámicos 81 años. La primera mención fue para Juan Carlos Acosta (87); segunda mención a Helena Cravino de Hoffmann (87); y mención especial para Hipólito Martín (88 años).

¿Los secretos de la confección de cada sombrero? Elenita Fré utilizó placas radiográficas, mientras que Elsa Acosta y Juan Carlos Acosta optaron por los sachets de leche y Helena Cravino eligió un colador de plástico rojo adornado con flores, mariposas y un pajarito.

"Hacer la descripción de los sombreros presentados por todos y cada uno de los alumnos de los dos talleres es reiterar la creatividad, el trabajo artesanal y las ganas de recibir una felicitación en el espíritu que les hace olvidar las penas de la vida diaria", sintetiza Anneris Delasay sobre el final.