Tal como explica el sitio Gizmodo, se sabe que los tornados regulares son capaces de arrastrar objetos livianos hasta 320 kilómetros, y objetos más pesados como el metal hasta 80 kilómetros. Peces y otros animales marinos pueden, por tanto, desplazarse grandes distancias a causa de esas tormentas locales intensas.

Es un fenómeno climático raro, pero muy real, que se ha documentado durante siglos, desde la época del Imperio Romano. Plinio el Viejo, un escritor y observador de la naturaleza escribió sobre tormentas que arrojaron ranas y peces a las calles en el siglo I.

Y, sin ir más lejos, en el pueblo rural de Yoro, Honduras, los residentes dicen que la lluvia de peces ocurre todos los años, coincidiendo con las primeras precipitaciones importantes de mayo o junio y ha estado sucediendo durante siglos.

En 1998, Yoro comenzó un festival anual para marcar este evento, llamada la lluvia de peces, que se completa con un carnaval y un desfile. El fenómeno es más extraño allí pues el pueblo no está cerca del mar.

UN NIÑO DE CINCO AÑOS HACE AÑICOS UNA ESTATUA DE 115 MIL EUROS

El pequeño se escapó de su familia e intentó abrazar a la estatua valuada en casi 115 mil euros. El hecho fue captado por una cámara de seguridad y en el video se ve el momento exacto en el que un chiquito rompe de manera furiosa la obra escultórica Aphrodite di Kansas City valorada en 114.155 euros. Mientras el pequeño jugaba con uno de sus hermanos en el hall del centro comunitario de Overland Park en Kansas, sucedió la tragedia.

Según el diario ABC News, el nene de tan sólo cinco años, quiso abrazar a la estatua y ésta, apenas él la toca, se cae y se hace pedazos contra el piso. Las cámaras de seguridad captaron todo el momento y fue por ellas que el museo pudo dar con la familia responsable.

Días después, los padres recibieron una notificación de la compañía de seguros, la travesura de su hijo les saldría 114.155 euros. "Usted es responsable de la supervisión de un menor de edad... su falta de supervisión podría considerarse negligente", decía el texto.

El creador de la escultura, Bill Lyons, le contó a la prensa que le tomó cerca de dos años crear la pieza y que no tenía reparación. "Está más allá de mis capacidades y deseos de reconstruirlo", admitió.

Por su parte, la madre defendió a su hijo y sostuvo: "la estatua ni siquiera se encontraba protegida ni sujetada al suelo. Nadie espera ir a un sitio en el que los niños están invitados, pueden entrar, y tener que preocuparse también de que una pieza de arte de 114.000 euros caiga sobre su hijo. Él no lo hizo a propósito, la escultura cayó sobre él. No era seguro... Para nada" Las autoridades locales definen el incidente como un "acto desafortunado" pero a su vez sí admiten que dichos objetos no deberían ser manipulados por la gente ya que no están diseñados para eso.