Según la integrante de "comerciantes unidos", Pamela Videla, "éste es un momento complicado y con problemas que no esperábamos como por ejemplo, el no querer respetar el distanciamiento, el uso de barbijos o hacer cola afuera del negocio, pero igual vamos haciendo un esfuerzo para continuar subsistiendo".

El otro tema es el de los horarios, puesto que todavía no hay un consenso sobre cuál usar, si el corrido, el cortado y desde qué hora. Pero el inconveniente principal es el de la demanda, que sigue tan retraída como antes pero, como dijo Videla, "creemos que va a mejorar este año".

Claramente, peor no se puede estar, por lo tanto, más abajo no se puede caer. Entonces lo lógico es que se comience a repuntar un poco para ir sorteando el año tan difícil que se pasó, con dificultades lógicas de la pandemia y la prolongada y prematura cuarentena decretada por el Gobierno a partir del 19 de marzo de 2020.

Competencia

y demanda

Los horarios de comercio son un tanto discrecionales y mucho más en verano. "Hay quienes abren y no cierran funcionando con horarios corridos, otros cortan pero abren luego a distintos horarios, y todo depende de los rubros. Esto complica un poco para la gente, pero todavía no hemos consensuado un horario único y creo que va a llevar un tiempo acomodarlo" dijo Pamela Videla, quien ha conformado con otros comerciantes un grupo denominado "Comerciantes Unidos" que hace unos meses había decidido tramitar la personería jurídica.

Con el protocolo existen también algunos inconvenientes. "Hay algunos que se niegan a usar el barbijo, otros no respetan el distanciamiento y muchas veces corremos el peligro de que nos hagan alguna multa por esto. Entonces, si ya venimos luchándola, una sanción económica nos perjudica aún más porque no estamos en condiciones de afrontarla", afirmó.

Pamela Videla también planteó el inconveniente tanto o más grave que la caída de la demanda. Y es el de la venta domiciliaria que "no paga impuestos ni nada por el estilo. Es una competencia desleal contra la cual debemos luchar". Algo parecido a los manteros de Capital Federal.

Con los protocolos deben pelearla con "la falta de empatía de algunas personas que no aceptan medidas tan elementales como el uso del barbijo, por ejemplo, y no entienden que a nosotros nos hacen multas por eso. Es muy dificil y hay algunos que te la hace más dificil todavía", continuó diciendo.

Además, frente al riesgo del contagio "debemos cerrar por quince o veinte días y perdemos plata. Pero hay gente que no lo entiende y te hacen la lucha más dificil todavía", sentenció Videla. Para colmo, la demanda cayó estrepitosamente durante todo el año pasado y va a costar mucho remontar la situación. "Y si a esto le sumamos la inflación, las ventas están lejos de ser las esperadas", dijo.

En términos generales, con la presencialidad en las escuelas, muchos padres salen a comprar ropa y zapatillas para los chicos "porque las que le compraron el año pasado ya les quedan chicas. El rubro celulares se sigue moviendo como siempre y la gente, por presencia en la casa, decidió cambiar colchón, ropa de cama y algunas cosas que no habían pensado cambiarlas", comentó finalmente Pamela Videla.