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Los créditos UVA se presentaron como una de las alternativas más accesibles, sobre todo para la clase media. Con requisitos de ingresos menores a los de un crédito convencional y un mayor capital para prestar, la propuesta que lanzó en su momento el Gobierno nacional atrajo a muchos que esperaban acceder finalmente a una casa propia.

Atados al Indice de Precios al Consumidor que mide el Indec, las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) tenían su riesgo, pues en un panorama inflacionario lo más probable es que el plan terminase como terminó: con cuotas que en algunos casos casi se triplicaron y un capital que se debe que roza el doble de lo que se pidió.

El caso de Marianela, una empleada de la Provincia que vive en nuestra ciudad, ejemplifica a las claras cómo ha ido evolucionando un crédito medido en UVA.

En septiembre de 2017, Marianela decidió encarar la compra de su casa propia, algo que soñaba desde los 19 años, cuando se fue a vivir sola y logró concretar a los 23 con todas las esperanzas que esto implica.

Su vivienda, en Loma Negra, necesita varias remodelaciones que Marianela soñó impulsar meses después de la transacción de compra/venta, pero que aún no pudo materializar en medio de una crisis económica que afecta a los sectores más bajos, pero que repercute fuertemente en la clase media.

En septiembre de 2017, Marianela obtuvo 720.000 pesos medidos en UVA a pagar en 30 años. Hoy debe casi el doble, alrededor de 1.200.000 pesos. La cuota inicial era de algo más de $3.000 y ahora paga casi $9.000.

Como el de Marianela hay miles de casos. Por eso, desde los distintos bancos se envió un mail a todos aquellos que optaron por estos créditos para dar la posibilidad de extender el plazo. La extensión será de hasta un 25% del plazo de devolución original y eso "permitirá que se reduzca la cuota a pagar por mes", dijeron a EL POPULAR desde el Banco de la Provincia de Buenos Aires, sin tener más detalles. El banco debe ofrecer una extensión de plazos si la brecha entre el crecimiento del índice inflacionario (IPC - índice de precios al consumidor) y la suba de salarios es del 10% o superior. En Argentina, más de 34 mil personas quedaron habilitadas para extender el plazo de devolución.

Según un cálculo que realizó el diario Clarín, durante los últimos 12 meses, pagos de $ 7.600 saltaron a casi $ 11.200, los de $10 mil se fueron a $14.750 mil, y los de $ 15 mil, a más de $ 22.100.

Mientras, para quien cumpla dos años como deudor, el pago del próximo mes será en pesos un 80% mayor al inicial. Y para los que ingresaron con el debut de las UVA, las cuotas subieron 121%. Quien por ejemplo pidió en abril de 2916 $1,2 millón, había comenzado pagando $7.900 al mes, pero a fines de 2017 el monto llegó a $11.900, a $13.347 en mayo pasado y ahora está en $17.456.

Créditos "en jaque"

Marianela afronta sola el pago del crédito que decidió sacar en 2017. Empleada estatal, cobra un salario promedio de 25 mil pesos, por lo que destina alrededor del 36% de su sueldo por mes para pagar la cuota del UVA.

De 720.000 pesos que obtuvo hace un año y cinco meses, hoy debe al banco 1.143.526 pesos. Y paga por mes $8.843 contra los 3 mil que afrontaba 17 meses atrás.

¿Cómo le hace frente? "Hago adicionales y voy rebuscándomelas", cuenta ante la consulta de EL POPULAR mientras se lamenta con que "no es solo esto lo que aumenta, todo cuesta mucho porque los servicios también subieron, el combustible, el transporte... Y los sueldos no subieron en la misma proporción".

El peor impacto, porque se dio de un mes para el otro, fue con la disparada del dólar, en julio del año pasado. "Yo venía pagando poco más de 3 mil y de repente pasé a pagar 6 mil pesos", recuerda Marianela. Ahora, la cuota mensual se ubica a casi el triple de aquello que comenzó pagando.

Recientemente, el propio Gobierno reconoció que la crisis económica "puso en jaque" los créditos UVA. De hecho, ante la consulta de este Diario a entidades bancarias a lo largo de 2018, pudo verse que la viabilidad de estos préstamos iba en baja y que en los últimos meses del año pasado muy pocas eran las consultas por los créditos medios en Unidades de Valor Adquisitivo, luego del boom que habían representado durante los primeros dos años.

Esta semana, el secretario de Vivienda de la Nación, Ivan Kerr, aseguraba que el año pasado fue "muy difícil", y que el "sistema estaba diseñado para otra tasa de inflación", un punto que el Gobierno nunca tuvo en cuenta antes de ofrecer a la gente créditos atados en forma directa a la inflación.

"Esta modalidad de créditos hipotecarios en UVA, a inicios del Gobierno, permitió bajar la barrera de ingreso que existe para el acceso al crédito. Permitió que la cuota fuera mucho más accesible", destacaba el funcionario.

En ese sentido, señalaba que "el 2018 fue muy difícil, con la crisis cambiaria que tuvimos que enfrentar, producto de la devaluación, el sistema se ha puesto en jaque".

Según su consideración, "la lógica sería que el salario empiece a recuperarse en 2019". Kerr también sostenía que "el promedio de la relación cuota e ingreso, es decir, cuánto del ingreso estás pagando de cuota, está en un 27,1 por ciento".

En los últimos seis meses, los préstamos en UVAs aumentaron un 30% y en todo 2018 llegaron hasta el 47%. Durante el boom de los préstamos para vivienda ajustables por inflación, hasta 24 mil personas por trimestre se convertían en propietarios a través de este sistema. "Lo único que yo espero es que no siga aumentando porque es insostenible", define Marianela, quien analiza por estas horas si prorroga o no su crédito, por lo menos doce meses más.