Habrá fiesta de los municipales el próximo sábado (en el CEMO, desde las 21 horas, con cena, sorteos y música), después de dos años de imposibilidades y será un feliz momento de reencuentro para la celebración, cuyo festejo es hoy por lo que los trabajadores del Municipio tienen su día de descanso.

La reposición de la tradicional reunión de los trabajadores del Municipio local para festejar su día traerá recuerdos de angustias y de tristezas en camino de superación, combinados con las sonrisas de una recuperación de plenitud por el control esperado de la pandemia.

A la hora del brindis habrá seguramente confirmaciones por parte de la dirigencia sobre los resultados de la negociación salarial del año en curso y las novedades esperadas de la revisión de cláusulas de ajuste, para acompañar así la evolución de índices macroeconómicos hacia el final del año según los acuerdos generales alcanzados en el mes de junio.

Son las expectativas propias de la coyuntura económica y las posibilidades de la defensa del poder adquisitivo de los haberes, que la representación gremial asume en intensas jornadas de negociación todos los años. Mucho más éste en que, luego de la pandemia, aunó los reclamos de los trabajadores con los profesionales de la salud para llevar la propuesta a paritarias.

Y tal vez será, fundamentalmente, la ratificación del compromiso de trabajo permanente de un grupo de dirigentes que ya superó la década al frente de la organización gremial, con José Salvador "Tano" Stuppia como secretario general, ya un histórico al frente del Sindicato de Trabajadores Municipales de Olavarría.

Es que cuando el trabajo de la organización se denota en la oportunidad de la discusión salarial, que una vez en el año reúne a los dirigentes sindicales con el gobierno y que cuando más dificultades de acuerdo presenta, más poderosamente llega a la consideración de la sociedad toda y aun al conjunto de los propios trabajadores, no siempre da la oportunidad de ponderar la gestión de todos los días.

Una gestión a la que mueve un fundamento de la tarea de la representación, desde una concepción abarcadora de la fuerza del trabajo en una unidad de producción de servicios como es la administración del gobierno. Una preocupación que trasciende el superior compromiso de garantizar bienestar, retribución y condiciones laborales justas, responsabilidad, derechos y obligaciones, para ocuparse del compañero en su unidad física y psicológica particular, como de sus vinculaciones familiares y sociales.