El loro hablador es una psitácida de Sudamérica, de tamaño mediano. Como el resto de los loros, presenta un pico curvo, fuerte y en forma de gancho, además de usarlo para la alimentación, también lo utiliza para sostenerse al trepar. La postura es erguida, y es un animal zigodáctilo, es decir, tiene dos dedos dirigidos hacia delante y dos dedos hacia atrás. No hay diferencias detectables a simple vista entre el macho y la hembra.

Después de mucho tiempo y tras un cambio en la alimentación y hábitat animal, se logró la reproducción de esta especie en el Bioparque Municipal "La Máxima". En el trabajo de estas aves participan los cuidadores Adalbero Aquilano y Pablo Leal, junto a los médicos veterinarios Federico Larroudé y Sebastian Valdez.

El loro hablador es un animal gregario que vive en bandadas, en selvas y bosques tropicales. Durante el vuelo en bandadas se pueden distinguir las parejas formadas, ya que vuelan juntas dentro del grupo. Es un buen volador y un diestro escalador de ramas y árboles

Se alimenta de una amplia variedad de frutas y semillas, además de frutos secos, flores y brotes tiernos, que obtiene principalmente de las copas de los árboles.

Son aves monógamas, la pareja se mantiene estable toda la vida. Los casales son muy galanes, y pasan mucho tiempo del día acariciándose para arreglar mutuamente el plumaje. La temporada de cría comienza entre octubre y noviembre; sin embargo, puede extenderse hasta febrero o marzo de acuerdo a las lluvias y a la disponibilidad de alimento. Crían 1 vez por año. El nido es en cavidades de árboles. La hembra pone 2-3 huevos, que incuba durante un período de 25-28 días. El macho se ocupa de alimentar a la hembra durante el período de incubación, y a la hembra y a los polluelos durante las 3 semanas que la hembra pasa dentro del nido con los polluelos después de la eclosión. Las crías abandonan el nido a los 3 meses de edad, pero seguirán siendo alimentadas por ambos padres durante algún tiempo más. La madurez sexual es alcanzada a los 2 años de edad, aunque no empiezan a procrear hasta los 3-4 años. Es un ave muy longeva, pudiendo vivir hasta los 70 años de edad.

Habilidad para hablar

El loro hablador es uno de los mejores imitadores que existen de la voz humana dentro de las psitácidas. Su notable capacidad y facilidad para aprender y repetir palabras en lenguaje humano lo hace al mismo tiempo vulnerable ya que es muy buscado como mascota.

Distribución 

El loro hablador es uno de las especies de loros amazonas más extendidas de Sudamérica. Se distribuye por las selvas y bosques tropicales que se extienden desde el noreste de Brasil, al sur del Amazonas, hasta el este de Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina. En Argentina se lo encuentra en la Selva Misionera, el Bosque Chaqueño y la Yunga Salteña.

Estado de conservación

El loro hablador no está en peligro de extinción, ya que es abundante y de amplia distribución. A pesar de ser capturado para el comercio como mascota (tanto legal como ilegal) y a la destrucción de su hábitat, en la actualidad está clasificado como preocupación menor de extinción (LC).

En la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores habría una población reproductora cuyo origen sería producto de la liberación o del escape de ejemplares en cautiverio.

Los loros en nuestro Bioparque han sufrido el mascotismo "acción de retener animales silvestres en un domicilio particular, como si fueran animales de compañía" lo que imposibilita en muchos casos que puedan ser devueltos a su ambiente natural.

De las normas respeto y convivencia con los residentes del Bioparque Municipal "La Máxima"

-Prestar especial atención a donde disponemos nuestros residuos, debemos arrojarlos en los cestos, evitando que estos queden en el ambiente o puedan ser ingeridos por los residentes del Bioparque.

-No correr cerca de los animales y transitar en silencio, hay muchas especies que se están preparando para su reproducción y muchas veces depende de su tranquilidad para lograrlo.

-No ingresar con animales "mascotas" al Bioparque Municipal, este espacio es un lugar de conservación y hábitat de especies silvestres.

-No está permitido jugar al fútbol ni otros deportes de contacto que puedan generar estrés en los animales. Estos deportes y juegos pueden desarrollarse en el espacio de la Plaza Eureka y el espacio del Camping del Bioparque.

-No alimentar a los animales, no arrojar objetos a ellos y no intentar acercarse.

-No generar momentos de estrés y ansiedad en los animales ya que pueden ocasionar o desencadenar cambios comportamentales que pongan en riesgo al animal y a los visitantes, respetando la libertad de los animales de no sentir estrés ni miedo.

-Los animales tienen una zona de fuga que es el espacio alrededor suyo y que en caso de ser invadido provoca que se aleje. El tamaño de ese espacio debe respetarse para evitar que los animales se pongan en alerta.