Y en este contexto, con la intención de que la actividad no se frene por completo, la gran mayoría de los comercios apostaron a una nueva modalidad que surgió en este confinamiento decretado por nueve días. Negocios abiertos, pero vacíos: así trabajan desde el sábado los negocios "no esenciales".

Abre, pero no permiten el ingreso de gente a los locales, una alternativa que se diferencia de las restricciones más duras del 2020, cuando también se había decretado el cierre de actividades.

Este confinamiento que se impulsó desde el Gobierno nacional para bajar la curva de contagios y no colapsar al sistema de salud llevó a que desde la actividad comercial se evaluara una situación intermedia que no implicara un cierre absoluto pero tampoco un trabajo con la normalidad que se venía dando desde la apertura de actividades el año pasado.

Abiertos en la gran mayoría de los casos, ahora los negocios atienden detrás de improvisados mostradores, bancos o mesas que instalaron en las puertas con la finalidad de frenar cualquier intención de ingreso al local.

A pesar de ello, hay gente que se enoja, que quiere entrar a mirar o que pide probarse alguna prenda o zapato en aquellos casos en los que el rubro acostumbra y necesita de ello para poder vender. "Hay gente que no entiende que no es que le impedimos nosotros entrar, no se puede", sostuvieron desde distintos comercios consultados por EL POPULAR durante una recorrida céntrica.

La concreción de un nuevo confinamiento "no es linda para nadie", plantearon. Sin embargo, la mayoría se mostró de acuerdo con las medidas impulsadas desde Nación: "esto es así, estamos en una pandemia y la situación puede empeorar de un día para el otro si no se toman restricciones. Es triste, pero es la única manera", dijeron desde algunos comercios consultados.

"Delivery, "venta online", "Pedidos al WSP", "Nuestras Redes", "Hacé tu pedido, envío sin cargo", "Venta por Whatsapp, retiro en puerta" "Consultas y ventas a domicilio" son algunos de los carteles que desde el sábado se exponen en distintas vidrieras.

Desde el 22 hasta el 30 de mayo, en sintonía con las restricciones nacionales y provinciales, en Olavarría los comercios no esenciales pueden funcionar de 6 a 18 horas con modalidad delivery o para llevar. En tanto que los esenciales podrán abrir hasta las 20 (exceptuando estaciones de servicio y farmacias de turno no tienen límite horario). Restaurantes y bares están habilitados hasta las 23, también bajo la modalidad de delilvery o take away.

Panorama

El nuevo confinamiento que implica diversas restricciones con la intención de reducir la circulación lo más que se pueda mantiene a los comercios abiertos, aunque vacíos. Las ventas son más bajas, pero el acatamiento a las medidas es estricto en el sector.

"La realidad es que el Decreto nacional dice que no podemos trabajar, entonces creo que tiene que haber un poco de coherencia entre las partes: municipio, comerciantes y clientes", planteó la referente de Comerciantes Unidos de Olavarría, Pamela Videla, frente a un incipiente discurso de rebeldía de algún que otro sector y el enojo de clientes que quieren ingresar a los negocios, situación que desde varios comercios plantearon en una recorrida que realizó EL POPULAR.

La realidad muestra que la curva de contagios asciende y no frena; y ante este panorama no quedan demasiadas alternativas, mientras se avanza en la campaña de vacunación.

En este contexto, en líneas generales "los comerciantes queremos aportar a que la situación mejore y esperamos que en los próximos días bajen los casos. Quieren hacer medidas como estas de manera intermitente y no es malo porque en otros lados vimos los camiones de muertos y acá no. Hay que entender el contexto en el que estamos por más difícil que sea. Hay gente que se enoja y que quiere revelarse, pero otros que paran la pelota porque tienen un familiar enfermo o ellos mismos se contagiaron y viendo de cerca lo que produce el Covid se dan cuenta que no es poca cosa", expuso.

Así, "el Municipio tiene un guiño y nos permite trabajar de esta manera, los comerciantes no podemos dejar ingresar a los clientes, y la gente no se puede apilar en la vereda y querer pasar igual o enojarse. Tiene que haber coherencia social".

Esta misma modalidad de semi-apertura se está dando en otras ciudades. "Nos estamos haciendo regionales y por eso tenemos contacto con otras agrupaciones como la de Tandil y allá pasa lo mismo. En Azul también".

El anuncio de ventas por delivery o para llevar dio pie a que "comencemos a vender de esta manera porque cuando un cliente quiere venir a buscar algo que compró alguien la tiene que entregar, entonces estamos en los negocios de manera presencial", explicó Pamela Videla.

Con restricciones "pero trabajando"

En un amplio comercio que ofrece desde cosas de bazar hasta objetos de decoración, unos cuantos bancos de plástico marcan la línea que divide el interior y el exterior del local. Allí, explicaron a este Diario que "las ventas no existen, cayeron totalmente" en estos pocos días de restricciones.

Aunque comercializan a través de redes sociales, "este es un negocio particular porque la gente está acostumbrada a entrar, recorrer, mirar y después comprar. Y es ahí donde se ve la caída en las ventas, pero restringir un poco la circulación era algo necesario".

A pasitos de este comercio, una zapatería anuncia en una pizarra que se realizan envíos sin cargo. Allí, el planteo fue el enojo de algunas personas que han acercado al local y que querían entrar. "No hay manera. Una señora se quería probar un par de zapatillas, pero no podemos hacer eso. Entonces se enojó y se fue". Situaciones como ésta se vivieron en varios comercios del centro.

En tanto que desde un importante local de ropa el staff de empleados se divide de 9 a 13 y de 13 a 17 por dos cuestiones: reducir también la cantidad de gente en el negocio, pero además porque el nivel de ventas dista mucho de aquellos tiempos de cuasi normalidad o de presencialidad.

Barbijos y alcohol, distanciamiento, ventas virtuales, entregas en puerta y negocios vacíos pero abiertos forman parte de este contexto de pandemia que obliga a restringir frente al ascenso de casos.

De los 135 distritos bonaerenses, 126 tienen restricciones a la circulación y a ciertas actividades con la intención de frenar la suba de contagios, y Olavarría es uno de ellos.

Desde el sábado, las redes sociales volvieron a tomar aquel impulso que tuvieron durante las semanas más duras del 2020. Y si bien la modalidad de ventas online no había desaparecido por completo, la presencialidad siguió siendo más evidente en los consumidores durante los meses de apertura.

Mantenerse abiertos y activos, aunque con restricciones, "pero trabajando". Así definieron la realidad que atraviesa el comercio no esencial frente a las nuevas medidas transitorias.