El Dr. Nicolás Morera, neurólogo especialista en Parkinson, explicó en qué consiste esta terapia y los alcances de la misma. “El neuroestimulador es una batería similar a un marcapasos, que se coloca debajo de la piel, puede ser en el pecho o en el abdomen”.

“Esa batería, como cualquier campo eléctrico, forma un voltaje, una frecuencia de un ancho de pulso. De esa batería salen dos cables que van a ir todo por abajo de la piel por un canal, se canaliza la piel para llegar al cráneo donde se hacen dos agujeritos llamados craneotomías. El electrodo tiene cuatro polos con lo cual dos son direccionales, esos polos se introducen en el cerebro del paciente y se llega a un target que es el que uno quiere estimular”, detalló.

Con este procedimiento quirúrgico “podemos mejorar los síntomas que con la medicación quizás hayamos llegado a un límite. El estimulador fabrica ese campo eléctrico y según el síntoma que el paciente tenga mejora mucho la calidad de vida”, sostuvo el profesional.

“Hay tres targets quirúrgicos, tres lugares donde uno puede poner el estimulador: el núcleo subtalámico, el globo pálido interno y el tálamo. Cada núcleo tiene una indicación precisa. La cirugía no es un tratamiento curativo sino que es una herramienta terapéutica más que tenemos para tratar la enfermedad”.

“Según lo que yo quiera mejorar es el lugar donde voy a indicar la colocación del electrodo y la calidad de la vida del paciente mejora mucho”. Por ejemplo, detalló que “en el caso de esta paciente operada en nuestra ciudad ella tomaba la medicación, le duraba cuatro horas -que es lo que habitualmente dura- pero tenía mucha disquinesia, mucho movimiento involuntario inducido por la medicación. Entonces si le bajaba la pastilla se quedaba en off, o sea no tenía efecto beneficioso, y si la subía tenía muchos movimientos involuntarios. Además tenía posturas distónicas, contracción de las manos y de los pies, cuando caminaba lo hacía en punta de pie porque se le contraía el pie. En su caso se operó en el globo pálido interno y con la estimulación mejoraron en ella las disquinesias, el movimiento involuntario y las posturas distónicas. La calidad de vida de la paciente estaba muy deteriorada y con la estimulación ha mejorado mucho”.

“En los casos en que el paciente tiene muchos episodios off o mucho tiempo con síntomas de lentitud, rigidez y a veces toman la medicación pero les dura muy poco tiempo, esa es una indicación para el núcleo subtalámico”, detalló el Dr. Morera.

“Hay pacientes que tienen disquinesia -que es un movimiento coreico que es como un baile que el cuerpo se mueve solo, involuntariamente, inducido por el tratamiento con la levodopa- o posturas distónicas que son posturas fijas del brazo, la cabeza, las piernas, esos síntomas en general son producidos por la medicación oral entonces, cuando uno estimula el globo pálido interno puede mejorar esos movimientos o esas posturas distónicas”.

“Finalmente, en los pacientes que tienen mucho temblor y que a veces el temblor es refractario al tratamiento o sea no mejoran con la pastilla -ya que esta medicación en general mejora más la lentitud, la rigidez- entonces tienen mucho temblor y es muy discapacitante, con la estimulación del núcleo ventral intermedio del tálamo mejora el temblor”.

Una vez operados, los pacientes deben continuar con la medicación. “En ninguno de los targets logramos sacar 100% la medicación sino que se reduce”. “Es importante remarcar que cuando uno opera el subtálamo ahí puede bajar la medicación porque lo que uno hace en realidad con el estimulador es estimular la vida dopaminérgica. Como la vida dopaminérgica la que está alterada en la enfermad de Parkinson, cuando uno estimula el subtálamo tiene la posibilidad de bajar la medicación, ahora con el globo pálido no pasa eso sino que mejoran los movimientos mejoran las posturas pero la medicación va a tener que continuar igualmente”, concluyó el neurólogo.