Una nueva manifestación comenzó a gestarse anoche en el barrio Coronel Dorrego. El hartazgo vecinal por los hechos de inseguridad volvió a hacerse sentir y fue necesaria la intervención policial para iniciar una nueva ronda de diálogo con los manifestantes.

Quema de neumáticos y un piquete para cortar la circulación en la esquina de Sargento Cabral y Calle 13 fueron las medidas elegidas por los habitantes de la zona para volver a visibilizar su malestar y reclamar soluciones definitivas a las autoridades.

Aunque en la jornada previa los ánimos se habían calmado después que la Policía aprehendió a un adolescente de 15 años, que según las denuncias vecinales había protagonizado innumerables delitos en todo el barrio, a última hora de ayer la indignación y el temor volvieron a ser sentimientos comunes entre muchos vecinos de la zona.

Según aseguraron vecinos a EL POPULAR, tras haber sido retenido, el adolescente había sido derivado a la casa de un familiar y la vivienda había quedado bajo custodia policial hasta que la Justicia resolviera el traslado del acusado.

Sin embargo, los manifestantes aseguraron que el adolescente había logrado escaparse del lugar, a pesar de la presencia de los agentes en el frente de la propiedad. "Andaba por todos lados en el barrio, gritaba cosas, encima nos tomaba el pelo. La gente, cuando se dio cuenta que se había escapado se puso loca. Y por eso empezaron a salir, hartos de todo, para quemar gomas, cortar, hacer algo y que nos den una respuesta", dijo una mujer en comunicación con Diario El Popular

Mientras tanto, según testimonios recabados en el lugar, un grupo de vecinos, por un lado, y efectivos policiales, por otro, comenzaron a recorrer el barrio para volver a dar con el adolescente en cuestión.

Cerca de la medianoche, la Policía que patrullaba la zona logró recapturar al adolescente, que efectivamente se había escapado de la vivienda custodiada. Y ya entrada la madrugada, la situación comenzaba a recuperar cierta normalidad en el barrio Coronel Dorrego.

El adolescente era trasladado rumbo a la Comisaría Primera para ponerlo a disposición de la Justicia, mientras en el barrio eran convocado los bomberos voluntarios por parte de los agentes policiales para apagar el fuego de los neumáticos que todavía provocaba una intensa columna de humo en la zona. Una sensación de cierto alivio comenzaba a reinar entonces, aunque los manifestantes aseguraban que seguirán bien alertas y con la guardia alta para evitar volver a ser víctimas de nuevos hechos.