"Según datos aportados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), a nivel mundial se redujo un 5% la cobertura de intervenciones esenciales en salud sexual y reproductiva, las muertes maternas se incrementaron en un 8,6%; y millones de mujeres no pudieron acceder a métodos anticonceptivos, provocando innumerables embarazos no deseados. En nuestro país, se estima que el 65% de mujeres que dejarán de usar anticonceptivos lo harán por falta de recursos económicos, y el 35% debido a dificultades de acceso y aprovisionamiento en los servicios públicos de salud", señalaron referentes del Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires (COPBA).

Esto se encuentra reflejado en el informe de la Comisión Interamericana de Mujeres, donde se expone que la región de las Américas llega a este contexto con un rezago en el tema de la mortalidad materna, siendo el único Objetivo de Desarrollo del Milenio que la región no alcanzó.

Respecto al panorama provincial, señalaron que "en algunas Regiones Sanitarias los centros de salud de primera atención se dividieron en salas de controles normales y en centros respiratorios". La interrupción de los métodos anticonceptivos, como el faltante en los grandes centros de salud, trajo aparejados un gran número de embarazos no deseados y no planificados en 2020. "Esto genera un fuerte impacto en la vida de las personas gestantes, no sólo en mujeres adultas, sino también en adolescentes. Muchas veces este impacto es emocional, poniendo en peligro el cuidado de la salud materno-fetal, y en algunos casos terminando en abortos.

En otros casos el impacto es socioeconómico, en donde muchas madres adolescentes terminan con deserción escolar y posteriormente se vuelve muy difícil la reinserción laboral tras del puerperio", expresó el licenciado.

En este contexto, desde la Institución, apelan a un mayor esfuerzo por parte de las autoridades sanitarias y los gobiernos, para que el reparto de anticonceptivos a lo largo y ancho del país no sea descontinuado; ya que se estima que alrededor de un millón de mujeres podrían interrumpir el uso de estos métodos a causa del distanciamiento, la imposibilidad de desplazarse hasta un centro de salud, o por verse afectada su economía.

"Tomar medidas adecuadas y oportunas en cada región contribuye a evitar embarazos no deseados y embarazos adolescentes, disminuyendo las consecuencias negativas en el desarrollo de aquellas mujeres que tienen vulneradas sus principales necesidades y derechos", señalaron.