Según un informe dado a conocer recientemente por la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Galletitas, el consumo de golosinas elaboradas en el país cayó un 13,5 por ciento en los últimos cinco años. Dicho informe tuvo su correlato en Olavarría, ya que el cierre de kioscos fue numeroso en la ciudad durante el último tiempo.

El cierre de fábricas de importantes marcas productoras de golosinas condujo a analizar la situación de comercios tan tradicionales como los kioscos. A nivel nacional, según la asociación, la reducción del consumo produjo el cierre de una importante cantidad de comercios. Y en Olavarría, según las fuentes consultadas, la situación es la misma.

"Se cerraron muchísimos kioscos en la ciudad. Los costos te pasan de largo y hoy por hoy si no trabajas bien estás complicado. Además tenes que contar con mucha mercadería, porque donde te empiezan a faltar cosas aparecen las dificultades. Hay comercios que de un día para el otro no están más", señaló Norberto Pendás, ex presidente de la Cámara de Kiosqueros local.

"Hace años que vienen en bajada las ventas en los kioscos, pero este año se profundizó. En su oportunidad tuvo una buena venta y la gente consumía pero cambió el panorama. Tengo el negocio hace muchos años y fui sufriendo los cambios", agregó.

Como señaló el informe de la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Galletitas, el consumo interno bajó y de forma importante, tendencia que se produjo debido al escaso poder adquisitivo de los posibles compradores. Ésto significó la caída de las ventas, aspecto que sacudió a todo rubro comercial enmarcado en una compleja situación económica que se vive hace un tiempo.

Otro factor que influyó en el cierre de kioscos fue el costoso mantenimiento económico del comercio. "En la actualidad es caro mantener el negocio. Y si se reducen las ventas, no se puede mantener más. Es mucho el costo fijo que tenemos, esa es la realidad. Pensando en la rentabilidad, para ganar algo tenes que abrir a las 7 de la mañana y cerrar a las 11 de la noche, terminás agotado", afirmó.

Por último hubo una tercera condición que puso en jaque a los kioscos más pequeños: la aparición de los comercios abiertos las 24 horas. En el último período, se apreció la apertura de este tipo de kioscos que "comieron" a todos los pequeños que estuvieron en sus cercanías, produciendo el cierre de los mismos ante la pérdida de clientes. El nacimiento de un kiosco 24 horas puede producir el cierre de varios en un mismo barrio.

"Te van comiendo los grandes, sobre todo aquellos de 24 horas. Los que tienen kioscos chiquitos, con mercadería justa, lo sufren", cerró Norberto Pendás.

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