El desborde en el Hospital de Pediatría durante el fin de semana hizo fijar la mirada en una problemática que vive la ciudad desde hace años: por un lado, la ausencia de guardias pediátricas que en algún momento supo tener el sector privado y que permitían descomprimir el sistema público. Por el otro, la escasez de recurso humano para especialidades poco redituables que requieren de una enorme formación.

Un cúmulo de cuadros virales y un brote de bronquiolitis hicieron que la guardia de Pediatría concentrara "cientos de personas que esperaron durante horas para que sus hijos fueran atendidos" el fin de semana pasado. En muchos casos, debieron esperar más de 8 horas para ser atendidos.

Pero éste no es el único factor. El área de Pediatría del Hospital es el único lugar que existe en Olavarría frente a una situación de emergencia. No es un dato anecdótico y deja visible una realidad que lejos de resolverse podría profundizarse.

La situación de desborde fue tal que "ya no había lugar para sentarse, las personas esperaban en la vereda o en sus autos", había expresado una de las mujeres que asistió para que su hijo fuera atendido. Hubo quienes, incluso, tomaron la decisión de retirarse después de horas de espera, con sus chiquitos transitando cuadros de fiebre, vómitos y diarrea.

Consultado por El Popular, el doctor Gastón Seambelar, quien ejerció como jefe del Área de Pediatría hasta marzo de este año aseguró que "el eje de toda la problemática en salud" es que "los médicos no quieren hacer más residencia".

Seambelar transitó en ese cargo durante cuatro años, y coincidió con uno de los peores momentos: la pandemia. Hoy, analiza que "no solo no va a haber médicos de guardia, sino que con el paso del tiempo tampoco va a haber pediatras".

Así, "el factor más importante en términos del presente y de cara al futuro es que los médicos recibidos ya no quieren hacer especialidad médica. Pediatría es una especialidad absolutamente desechada, no se toma conciencia de la falta de pediatras que va a haber en el futuro".

"Cuando yo hice la residencia nos matábamos por conseguir un lugar. Era de elite poder hacer una residencia, hoy es un problema generacional donde las especialidades son muy poco remuneradas y la realidad es que los médicos buscan otra alternativa. Eso, por supuesto, también va en desmedro de la salud pública".

Hoy, "los chicos, los médicos nuevos, no encuentran una motivación para anotarse en una residencia, están buscando otras cosas. Y eso más que nada está relacionado al problema remunerativo. Se eligen especialidades como anestesiología o dermo-estética que son más redituables. En tanto que las especialidades de mayor demanda como médicos de guardia, pediátricos, infectólogos, entre otras, no llegan a cubrirse". 

No hay que remontarse mucho tiempo atrás para saber que la ciudad supo tener guardias pediátricas en los tres sanatorios privados que forman parte de la estructura privada de salud y que descongestionaban la centralidad que hoy tiene el Hospital. La última en cerrar fue la del Instituto Médico hace unos cuatro años.

¿Los motivos? "El primero es el atraso económico que ha tenido el valor de la consulta médica en que ya no hace redituable pasar tantas horas de guardia en función de lo que se gana. Entonces, lógicamente son muy pocos los médicos ya formados que quieran hacer guardia", argumentan directivos de instituciones médicas privadas y autoridades del Colegio de Médicos.

En este contexto, "las instituciones privadas no están en condiciones de solventar una guardia. La salud está en el último escalón y lo que se hizo visible hoy es algo que se viene gestando desde hace por lo menos seis o siete años".

El problema no parece circunscribirse solo a Olavarría. En Hospitales de niños de la magnitud de Sor María Ludovica "de 25 lugares disponibles pudieron ocuparse solamente 6. Nosotros teníamos 3 puestos para cubrir y no vino ningún residente. En Azul tampoco entraron residentes. Así en todos lados: los médicos no quieren hacer más residencia y creo que ahí está el problema, en la carencia de recursos humanos que se hayan capacitado, la falta de vocación de médicos para capacitarse y esto está dado fundamentalmente a la perspectiva de desarrollo laboral en determinadas especialidades como clínica, emergencia y pediatría que son las que tienen servicio de guardia", expone Seambelar. 

Y analiza que "después del esfuerzo de haber hecho una residencia no es redituable y cualquier persona que tiene un emprendimiento, más allá de su vocación espera el día de mañana vivir al menos cómodamente. Hoy los pediatras están en una situación muy angustiante en cuanto a lo que se paga tanto en el sector público como privado, sobre todo los que recién empiezan a formarse".