"Me jubilé en abril de este año. ¿El cambio?, lo venía manejando, estuve aterrizando de a poco. Es que tuve parte de mi actividad profesional en la docencia ya que trabajé también en el Instituto Helen Keller durante 34 años, y allí me jubilé. También me jubilé de educación general, en lo que es asesoramiento médico, por lo que me fui yendo de ambos estamentos. Y eso ya me dejó un tiempo libre. Después fui acotando el tiempo de atención en el consultorio, ya que atendía mañana y tarde y después fui dejando turnos por la tarde y así fui aterrizando de a poco. Por otro lado, tengo actividades extras de la profesión que las practico como hobby, que me gustan muchísimo, como la pintura. En el Círculo Médico hay una exposición de cuadros entre los que están los míos aunque también he hecho otras exposiciones ya que pinto desde hace mucho tiempo. También cultivo el pilotaje de aviones de porte como un Airbus 350, ya que tengo el simulador de vuelo real y eso es algo que me gustó siempre, aunque hubo prioridades que no me permitieron hacer el curso de piloto y realmente también es un poco caro. La cuestión es que sublimé esas ganas de ser piloto con un simulador de vuelo, por lo que me entretengo mucho ya que ese instructor profesional empieza con un avión pequeño como un Pipper monomotor y termina con un jet" comenzó contando el doctor Daniel Casagrande, quien hoy recibirá una distinción por haberse acogido al beneficio de la jubilación.

"También me encanta la jardinería. Los muebles que hay en mi casa también los hice yo porque me encanta la carpintería, así que tengo muchas cosas para entreterme, estar ocupado y me siento bien. En el Círculo Médico estuve en distintos cargos; el último fue en la auditoría general y secretario de actas, pero también fui presidente, secretario, es algo que siempre me gustó hacer por la entidad en sí" agregó Daniel.

"¿Si de chico ya sabía si iba a ser médico pediatra?. No, para nada. Cuando estaba en el secundario; diría que hasta cuarto año pensaba que iba a seguir arquitectura, precisamente porque me gustaba la pintura, dibujaba desde chico. Pensé que mi carrera iba a ser esa. Pero cuando cursé biología o botánica, relacionadas con la parte médica, me gustaron muchísimo y me incliné por ese lado. Hablé con médicos de Olavarría, como el doctor Trilla y otros que conocía, como Héctor Cura, y ahí me decidí por medicina. Me fui a La Plata. Inicialmente me fui a Buenos Aires a hacer el curso de ingreso junto con quinto año de la secundaria -que la hice en Nacional- y no me fue bien, ya que aprobé todas las materias menos química. Y aquí cuento una paradoja: ayudé a preparar a una compañera que iba a Normal, que no había química, y resulta que ella aprobó y yo no" dijo riéndose, Casagrande.

"Así que me fui a la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata. Me recibí en 1974. Después me especialicé en el Hospital de Niños, ya que rendí el examen de la especialidad en 1978, aunque ya había venido a Olavarría en el ´77. En esa época se tomaba examen allí mismo, con un miembro de la Academia de Medicina, un médico de la Asociación de Pediatría y un tutor del hospital. Empecé a ejercer hasta que me jubilé. ¿Por qué pediatría?...inicialmente iba a hacer cirugía. En la mitad de segundo año de la carrera alguien me dijo si no quería hacer una guardia que estaba libre en el Instituto de Cirugía de Haedo. No sé ahora, pero en esa época era como estar en el Walter Reed de Estados Unidos. Venía gente muy maltrecha por accidentes de tránsito. Era una carnicería. Esas eran las viejas guardias, yo era el vejiga de la guardia -como se lo llamaba- haciendo historias clínicas, y de ahí pasás a practicante menor, practicante mayor y llegué a operar. Cuando me recibí en sexto año ya operaba vesícula, apéndice, hacía tallas vesicales, también traqueotomías. Pero hubo algo que me hizo dudar de la práctica quirúrgica y mis instructores me querían matar porque ellos creían que yo estaba listo para ser cirujano, y era que me cansaba muchísimo. A veces había que estar toda la noche despierto, operando, suturando o solucionando problemas, así que elegí algo más tranquilo. Debo confesar que era el plan B, ya que estaba entre cirugía y pediatría, aunque son especialidades diferentes" siguió contando Daniel, sentado cómodamente en el living de su casa en el barrio Pueblo Nuevo.

"Y me incliné por la pediatría. Lo hice con mucho cariño. Es que los niños me encantan, les tengo una paciencia y un amor muy particular" terminó diciendo Daniel Casagrande (71), quien junto con María Laura Macellari (64, hija de quien fuera uno de los intendentes de La Plata. "Mi compañera de casi toda la vida", dice), son padres de tres hijos: Ignacio (44, músico, pianista precisamente, y vive en La Plata, y profesor del Conservatorio de la ciudad de las diagonales), Guadalupe (42, diseñadora audiovisual y gráfica, radicada en Olavarría) y Bernardo (34, saxofonista), y tiene dos nietos (Ema -15- y Clara -11- Ferrari Casagrande), quienes son las que le quitan, actualmente, todas las horas que antes se pasó por consultorios, guardias, clínicas y hospitales.