Prácticas en los profesorados: mudanza obligada del aula a los espacios virtuales
Cerró el cuatrimestre y los estudiantes de diversos profesorados debieron realizar sus prácticas de una manera impensada.
Agencia Comunica
El cierre es lento, la imagen es extraña e inimaginable: profesores y estudiantes recorriendo rutas virtuales, aprendiendo sobre la marcha y de manera mutua. El primer cuatrimestre termina en un escenario que a muchos les costó atravesar, que dejó a algunos otros en el camino pero que también demostró unidad y solidaridad. Las prácticas preprofesionales de las carreras con orientación en profesorados fueron una puerta a grandes desafíos.
¿Cómo llegar a las aulas para aprender a enseñar?, ¿cómo llegar a ese espacio de prácticas que pronto será su trayecto laboral?. Stella Maris Stefani es docente de prácticas del profesorado de educación inicial en el Instituto Superior de Formación Docente y Terciario Nº 91 de Tapalqué y compartió su experiencia durante este cuatrimestre. De la misma manera lo hizo Stella Pasquariello, docente a cargo de las prácticas de los profesorados de comunicación social y antropología que ofrece la Facultad de Ciencias Sociales.
Profesoras: alternativas para el trabajo de campo
Frente al aislamiento social preventivo y obligatorio la mudanza a las aulas virtuales fue inevitable para no perder la continuidad pedagógica y de alguna manera sostener el cuatrimestre. Stella Maris Stefani, con una ardua trayectoria en la docencia, confiesa a Agencia Comunica que no tenía las herramientas tecnológicas para este contexto y "me prestaron una notebook". Ella tiene una computadora pero no dispone de cámara para videollamadas. Asume que no estaban preparados para afrontar esta situación y que todo esto expuso más la brecha de desigualdad que hay en la sociedad. Por eso expresó que "se habla mucho de igualdad y calidad educativa y con eso se notó mucho".
Por su parte Stella Pasquariello, que está a cargo de las prácticas del profesorado en comunicación social y el profesorado de antropología, indica que "fue un desafío para los equipos docentes de las distintas asignaturas", pero estaba al pie el acompañamiento del equipo de gestión y de Sociales Virtual. Para el taller de práctica de enseñanza el abordaje fue bastante complejo: "Tuvimos que repensar el escenario de la formación y los contenidos de la enseñanza de manera integral, atendiendo a los límites y posibilidades en que nos encontrábamos".
Las dificultades en la Facultad de Ciencias Sociales al igual que en el Instituto Superior Docente y Terciario Nº 91 de Tapalqué se vincularon a problemas de conectividad, a contar con un equipo informático desactualizado. "Cuando la dificultad estuvo en el acceso a internet, desde algunos equipos docentes también, la facultad trató de dar solución. El desgranamiento se generó en materias de primer año".
El desafío de Stella Maris fue darle continuidad a las prácticas de 2º, 3º y 4º años del profesorado de nivel inicial; debía cumplir con sus estudiantes y lograr que llegaran a desarrollar su actividad en alguna salita de jardín de la vecina ciudad de Tapalqué. Confiesa que hacer las prácticas sin el terreno les provocó un "choque importante", ya que "no sabíamos para dónde salir. Todo hasta que de nivel superior bajó un comunicado de cómo empezar". Y es lógico: ¿cómo llegar a hacer prácticas docentes con nenes de 3, 4 ó 5 años de manera digital?, ¿es posible reemplazar el vínculo generado a través de canciones, encuentros, rondas, juegos cuerpo a cuerpo?.
Para abordar las prácticas hicieron entrevistas a docentes para saber cómo estaban llevando a cabo sus actividades, "porque a ellas también les pasó lo mismo, nunca habían pasado por esto". De los tres años de prácticas, las más afectadas son las chicas que cursan cuarto porque es su último año. También fue difícil su experiencia con las estudiantes de segundo, ya que no las conocía y les costó encontrarse a través de la pantalla: "estaban muy tímidas, sumado a ello la falta de conectividad. Aparte conocen el jardín, pero desde afuera, de acompañar a un hermanito o a un sobrino, no desde el rol que ocuparán ellas como docentes".
Por su parte, Stella Pasquarello explicó que al inicio "teníamos estudiantes que eran los nuevos inscriptos y teníamos estudiantes que ya venían con nosotros en el marco de la cursada". Por tal motivo en ese momento se consideró viable con los nuevos inscriptos cambiar el inicio de taller a segundo cuatrimestre, "porque la práctica específicamente hoy tiene el enorme desafío que es pensar los contenidos del campo de la práctica sin poder ir a la institución educativa".
Las más favorecidas fueron las estudiantes de tercer año ya que un grupo tuvo la suerte de realizar sus prácticas con un grupo de niñas y niños en el cual su docente se manifestó muy receptiva con las propuestas de las futuras profesoras. Sin embargo otro grupo de tercero donde quedaron dos porque el resto abandonó, no corrieron con la misma suerte por lo que Stella habla de que "yo trato de señalarles que dentro de la institución podría haberles pasado lo mismo. Hay que prepararse para todo, las dos cosas sirven para el análisis y para ellas". La docente explica que intentó revertir la situación de este último grupo presentándolas en otra institución pero determinó junto con la directora que no era lo mejor ya que "a esta altura la gente está cansada, tienen otros problemas. Tienen más hijos, se le suma lo económico, más otras cosas que nos cargan".
Los y las estudiantes de Ciencias Sociales, en Olavarría, detalla Stella Pasquariello que trabajaron mediante tutorías virtuales este primer cuatrimestre de prácticas y explica que los estudiantes que tienen que hacer residencia -práctica- en nivel superior, fueron acompañados para pensar en la mudanza de la residencia, del espacio presencial al espacio virtual. Un proceso de cambio en el cual también las y los profesores fueron parte ya que -como indica Stella Pasquariello- ellos también tuvieron que cambiar su forma de enseñar. Por otra parte, anexó que debido al recorrido y la relación de varios años con las instituciones educativas, los y las estudiantes fueron bien recibidos.
A la docente de futuros docentes no le gusta hablar por teléfono y prefiere el encuentro, pero la pandemia la obligó a que el acompañamiento sea desde un lugar no presencial. Y debió adaptarse para sostener la cursada de sus estudiantes. Por eso admite que "me costó, pero es la práctica. La conectividad mejoró y si tenés ganas y no te queda otra, vos tenés que aprender". Finalmente sostuvo que "en esto quedó mucha gente afuera, yo busqué la forma porque es mi trabajo, tengo que ser responsable. Pero muchos estudiantes han quedado afuera".
Estudiantes: planificar para el mundo virtual
Las estudiantes también hicieron este recorrido con las docentes de prácticas. Aunque el cansancio y las emociones comenzaron a chocar con el encierro y el tránsito de cursada dentro del hogar que algún momento sirvió de despeje pero hoy es salón de jardín, aula universitaria, espacio de risas y lágrimas, de cansancio y esperanzas.
Para Karen, estudiante de 3º año del profesorado de nivel inicial en Tapalqué, las prácticas en principio fueron un poco difíciles porque tenía que planificar distinto a lo habitual, "por lo tanto tuvimos aciertos y desaciertos". Las planificaciones que eran para las instituciones y para organización de ellas -profesoras- pasaron a ser para las familias, y confiesa que "tenían que tener paso a paso detallada cada actividad para que cada niño junto al adulto que los acompañe pudieran llevarla a cabo".
Al compartir sus sensaciones indica que "sentí que me tomó mucho más tiempo que haciendo las prácticas en la institución, hay que estar mucho más tiempo sentada frente a la computadora, editando y armando cada vídeo y pensando bien qué vamos a decir en cada uno, pensar bien si esa actividad iba a ser aceptada por los niños".
Señaló también que se cansó, sufrió el exceso de tecnología, pero aclaró que "jamás pensé en dejar, esto es algo nuevo que estoy aprendiendo y me va a servir para cualquier otro momento. Bah, ojalá que no" dijo entre risas.
Para terminar, resaltó como positivo que "no pudimos tener ese contacto tan esperado con los niños de la sala, algo tan maravilloso como recibir su templanza y cariño. Pero cada profe se encargó de transmitir eso mandando fotos y vídeos participando en las actividades, y eso es lo más gratificante de todo".
Maira, estudiante del profesorado en comunicación de Olavarría, dejó una materia porque le hubiera gustado hacerla de forma presencial. "Tuve problemas de continuidad en asistir a las clases sincrónicas por una cuestión de que no tenía buena conectividad". En base a la interpretación de textos le fue bien, los docentes acompañaron en este proceso educativo virtual realizando cada quince días teoría y todas las semanas videollamadas, y expresó que "además nos resumen la clase y lo enviaban por si alguien se había perdido".
Maira aclaró que el contexto presencial genera otros sentimientos y contextos. Por ejemplo, "si se te rompe algo como me pasó a mi con mi teclado de la computadora o el celular, no lo podés arreglar porque estaba todo cerrado o porque al ser estudiante y trabajador informal no te alcanza el dinero".
Entre experiencias de profesoras y estudiantes el cuatrimestre llegó a su fin, ha sido una prueba superada. En más de una ocasión ganaron los sentimientos, se agotó la paciencia y con el transcurso de la pandemia eran otras las prioridades. Pero eso no fue impedimento para continuar con un sistema educativo público que una vez más demostró predisposición y ganas para salir adelante y sostener la educación pública. (Agencia Comunica - Facso).