Los casi 300 pobladores de Recalde, más otros 200 que reúnen las localidades rurales de Blanca Grande, Mapis e Iturregui están preocupados y no es para menos. Hace cuatro meses que el médico que asistía su salud cotidianamente pidió licencia, en medio de la pandemia de Covid-19. Desde entonces, y sin un reemplazo, tienen día y horario para enfermarse o hacerse controles: son dos jornadas a la semana, con horario acotado, cuando los visita el doctor de Espigas, Carlos Seclen. Eso, sumado a que no cuentan con una ambulancia propia desde hace dos años, cuando la perdieron en un accidente.

La preocupación ha sido expuesta formalmente por nota ante las autoridades municipales respectivas. Dos días antes de que se concretara la entrega de un documento avalado por las firmas virtuales de al menos un centenar de vecinos -filtrado con anticipación a través de las redes sociales-, la Comuna informó que ese fin de semana se realizaría "una guardia activa de salud" en el poblado, sin más precisiones que la identificación de los profesionales que estarían a cargo. No hubo una siguiente, no se sabe si porque esa fue la decisión o simplemente porque el médico designado cayó enfermo.

"Necesitamos un médico"

Luciana Pedernera es periodista y vocera del grupo de Mujeres Rurales en Red, nacido durante la emergencia sanitaria para "trabajar sobre problemáticas concretas y encontrarles una solución efectiva". Desde ese espacio se detectó lo que Pedernera califica como "un derecho vulnerado: la imposibilidad del acceso equitativo a la salud pública".

No es la única falencia de estas comunidades localizadas a entre 100 y 140 kilómetros de la planta urbana olavarriense: hace dos años, un accidente los despojó de la ambulancia propia. Y aunque hubo un reemplazo temporario, quedó desactivado cuando se incendió "mientras conducía al dentista al pueblo".

Son dos días, durante dos horas. El resto de la semana que Dios te ayude

La mala fortuna se completó cuando llegó una ambulancia de última generación que supuestamente pertenecía a Recalde. "Se la entregaron a Espigas, porque como Recalde no tiene médico, y una ambulancia, además del conductor, requiere sí o sí de un médico para una urgencia, se la dieron a Espigas".

La voz de medio millar

"Necesitamos un médico", es el pedido generalizado entre quienes firmaron el pedido elevado al Municipio.  Hoy por hoy, la única atención médica disponible para esas localidades ubicadas en una misma línea, por tierra, una vez que se abandona la 226 a la altura del kilómetro 360, depende del doctor Carlos Seclen, radicado en Espigas, del otro lado de la ruta nacional. El es quien dos veces a la semana, con horarios restringidos, llega hasta Recalde y asiste a quienes lo requieren.

  • No es la única responsabilidad asumida por el profesional: de él dependen también todos los establecimientos rurales de la zona que circunda a la localidad que tiene hospital, ampliando notoriamente su demanda.

"Son dos días, durante dos horas. El resto de la semana que Dios te ayude, no te queda otra cosa y si no tenés recursos, tampoco podés viajar a Olavarría", reflexiona Luciana Pedernera, quien vivió infancia y adolescencia en el medio rural y por eso, conoce en profundidad sus virtudes y sus necesidades.

"La problemática es más compleja y se agudiza en estas comunidades", afirma la joven periodista en referencia a tareas que suelen producir "accidentes de manera casi constantes". O a embarazos que no siempre cumplen los controles, con todos los riesgos que ello conlleva, y partos donde la atención elemental se hace tan lejana, o tan onerosa.

Es cierto que Carlos Seclen asume además las emergencias, aunque es real que los 30 kilómetros que separan a los pueblos pueden ser un abismo, sobre todo cuando se trata precisamente de eso: una urgencia.

Lo nuestro es concreto:

necesitamos un médico permanente

La falta de médico y de ambulancia complica el natural aislamiento de estas poblaciones que suelen sentirse olvidadas. Y muchas veces incomunicadas a fuerza de poca o nula conectividad y una señal telefónica y de datos tan esquiva que obliga a una suerte de búsqueda del tesoro.

Por eso, las mujeres de la Red se propusieron dirigirse a las autoridades por los canales correspondientes. Así, comenzaron a juntar firmas de manera virtual, esto es a través de fotografìas con números de DNIs y totalizaron alrededor de un centenar para avalar una nota con pedido de tratamiento urgente que le fue entregada en mano al referente de Salud, Dr. Germán Caputo, y al secretario del intendente Galli.

  • La nota tiene fecha del 18 de septiembre. Sin embargo, el pedido se viralizó con anticipación en las redes y dos días antes, el miércoles 16, una gacetilla de prensa oficial anticipaba que "se realizará una guardia activa de salud en la localidad de Recalde este fin de semana" , aunque eso no respondía exactamente al planteo comunitario. Médico y enfermera llegaron a la localidad entre el 19 y el 20, pero "fue sólo ese fin de semana, porque al siguiente, el doctor se habría enfermado", describe Pedernera.

"Desde el Municipio manifestaron que (esta situación) se debe a la falta de personal. Y entendemos que estamos en un escenario complicado, pero tenemos una facultad que forma profesionales de la medicina y, en simultáneo, localidades que no tienen su médico", comparó luego, sabiendo de antemano que las inquietudes comunitarias han llegado ya al seno de otras instituciones, como la Sociedad Rural de Olavarría.

¿Qué camino transitar de aquí en más? "Por ahora, esperamos la respuesta oficial a nuestra nota, que aún no fue respondida. Después, analizamos entre todos cómo seguir peticionando. Entendemos que éstas han sido semanas muy complejas en cuanto a los contagios a nivel local y por ahí eso dificulta las soluciones. Pero lo nuestro es concreto: necesitamos un médico permanente", repite Pedernera, haciendo suya la voz de los 500 pobladores de esa zona rural del distrito.