Este miércoles durante la mañana se llevó a cabo una reunión entre la comisión de Educación del Concejo Deliberante e integrantes del espacio cultural Chamula.

La misma fue por diferentes motivos. En primer lugar, para tratar un proyecto de ordenanza relacionado con los espacios culturales, mientras que por otro lado se dialogó sobre la situación que atraviesa Chamula respecto a las denuncias de ruidos molestos por parte de una vecina.

Dicho conflicto lleva ya varios meses y no parece llegar a una solución. La mujer señala que el volumen de algunas actividades afecta el bienestar de su hijo con condición del espectro autista.

Al finalizar el encuentro, Laura Tropea, integrante y creadora del espacio cultural, contó a Canal Local que "el jueves pasado mientras se dictaba un taller de teatro donde había tres personas -cerca de las 16 horas- arribó Control Urbano tras un llamado de la vecina".

El próximo martes se llevará a cabo una instancia de conciliación donde se presentará "una propuesta superadora con respecto a la cotización". En marzo se había realizado una reunión entre ambas partes, donde hizo una propuesta "dentro de nuestras posibilidades, y eso no resultó", expresó.

En caso de que la conciliación no prospera, Tropea advirtió que "hay muchas chances" de que Chamula cierre sus puertas. Al igual que en otras oportunidades, manifestó estar "agobiada y cansada"

Asimismo, agradeció "todo el apoyo que hemos recibido de gente que nos invita a manifestarnos para que esto (el cierre) no suceda, pero la verdad es que no se puede trabajar así".

La propuesta anterior

Tras aquella primera reunión, en la sede cultural se tomaron algunas medidas para mejorar la insonorización pero han sido insuficientes. "No alcanza, entonces hemos decidido empezar a juntar dinero. Lo que vamos a hacer es comprar paneles, acustizar esa pared y ver de poder tener una nueva reunión con ella", había explicado Laura Tropea semanas atrás a El Popular.

Tuvo en cuenta que quien resulta afectado es un niño, "nosotros nos hemos estado asesorando, pero me parece que lo mejor sería que estuviéramos todos reunidos. Los profesionales que lo atienden, alguien que corrobore lo que pasa cuando hay música una vez por mes en ese margen de 3 o 4 horas, para que entre todos encontremos herramientas que lleven a una solución del conflicto que nos tiene muy cansados, muy agobiados, muy tristes porque es una sola persona. No es que todo el barrio está enojado".

En ese punto, agregó además algunos aspectos edilicios de la vivienda de la denunciante y el galpón que deben ser analizados por expertos. Chamula pretende que eso también se pueda hablar en el mismo encuentro.

Desde el espacio cultural se buscó en todo momento mostrar la intención de llegar a un acuerdo y que, para ello, toman con seriedad el tema. Laura citó una parte de la publicación del 11 de julio: "en esa nota, (la vecina) habla de que su niño empeoró a causa nuestra. Y es muy grave, entonces nos angustia mucho y estaría bueno juntarse con los profesionales que lo atienden y que nos digan qué podemos hacer".

También quiso dejar en claro "que la comunidad entienda la diferencia, que en un espacio cultural se trabaja de manera diferente. Que no está lo monetario como prioridad. No hay un uso de la nocturnidad con venta de bebidas alcohólicas, ni en terminar un evento tarde, porque la prioridad es lo cultural. Es lo que pasa arriba del escenario. Queremos trabajar nosotros tranquilos".