En la tarde del lunes una feroz pelea se desató en el interior de uno de los pabellones de la cárcel de máxima de seguridad de Sierra Chica. El saldo fue una persona muerta y otra con graves lesiones en el cuello, que permanece internada en el Hospital Municipal "Doctor Héctor Cura". Hasta cerca del inicio de la madrugada del martes se prolongaron las labores en cada una de las celdas que comprenden ese sector "autogestivo" de la Unidad Nº 2.

Por el momento se instruyen dos causas judiciales paralelas, aunque una se encuentra próxima a quedar extinta ante la muerte del único imputado. La restante, en cambio, podría tener a varias personas en calidad de acusados, según arroja una de las hipótesis a las que tuvo acceso este Diario.

17.06 fue el momento en el que todo se inició. El escenario fue uno de los pasillos del pabellón Nº 10, donde no menos de tres personas se encontraban sosteniendo una conversación, todo tal cual quedó registrado en las cámaras de seguridad. En ese momento irrumpe un cuarto individuo y a partir de allí de desata la violencia de manera incontenible. Tan sólo unos pocos segundos duró la conversación entre los implicados hasta que uno de ellos esgrimió un arma blanca y le asestó dos certeros puntazos en el cuello a su contrincante.

La víctima, se trata de Claudio Fernando Herrera Iglesias, quien se alejó rápidamente de ese sitio y pudo ser auxiliado a tiempo. Fue remitido de urgencia al Hospital Municipal "Doctor Héctor Cura", donde fue sometido a diversas intervenciones y curaciones que lograron salvarle la vida. Si bien sigue internado su cuadro es estable y presenta una evolución tal que los médicos decidieron su trasladado al área de clínica quirúrgica, de acuerdo al último parte médico emitido desde el centro de salud.

No obstante, tras el ataque contra Herrera Iglesias, los disturbios recién comenzaban dentro de la Unidad Penal Nº 2. Su agresor, Leonardo Ismael Vega Fernández, pasaría en cuestión de segundos también de victimario a víctima tras ser abordado por un grupo de personas que lo trasladaron hasta otro sector de ese mismo pabellón y le asestaron dos letales puntazos.

Su muerte se confirmaría instantes más tarde, momentos en los que era remitido al centro asistencial local. Sus restos fueron sometidos a autopsia en Azul y esa pericia determinó la presencia de lesiones punzo cortantes, una de ellas en la parte dorsal y la restante en el cuello.

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