La diferencia estaría dada porque la norma anterior contemplaba la inflación y los decretos del Presidente no, y ello, en un país tan inflacionario, dinamita totalmente los ingresos de asalariados y jubilados que no pueden adaptar sus ingresos fijos a la marcha de la inflación.

"Con el tiempo están saliendo fallos en contra del sistema que aplicó el gobierno por la forma en la que ajustó el año pasado las jubilaciones", dijo el abogado. "Son fallos de Cámara y si van a la Corte Suprema van a sentar nuevos precedentes como el fallo Badaro, por ejemplo", añadió en el programa radial "Un Cacho de mañana", por FM 98 POP.

"Por ley anterior, el aumento iba a ser superior fundamentalmente para quienes más ganan. Por lo tanto, éstos fueron los que más perdieron, y la pérdida fue alrededor de un 15 por ciento", precisó.

El Gobierno fue ajustando por lo que proporcionalmente representa más cantidad en el presupuesto nacional. De esa manera, las jubilaciones hoy por hoy representan un 68 por ciento por lo que si se debe achicar el gasto fiscal, seguramente serán los jubilados quienes más sufran el ajuste.

La lógica presupuestaria

Como los decretos del Presidente durante 2020 "venían con fallas legales -dijo el abogado-, están saliendo fallos en contra por el ajuste que se implementó durante el año pasado con las jubilaciones. Por ley anterior iba a ser superior el aumento y lo que perdieron fue alrededor de un 15 por ciento, pero los que más ganaron, más perdieron".

Apuntó que "en diciembre de 2019 se suspendió la ley vigente hasta entonces que fue la que se dictó durante el gobierno de Macri. No la derogaron sino que la suspendieron y se fueron dando aumentos por decretos. Es decir, no hubo una nueva ley de movilidad".

A su juicio, y para explicar las causas del ajuste, dijo que "cada vez que hay déficit se echa mano a los jubilados, y si bien nada justifica ese procedimiento, se debe recordar que la parte más importante del Presupuesto es el gasto previsional, que representa hoy un 68 por ciento".

También advirtió que "se aumentaron los beneficios del Pami a cambio de ahorrar esa plata", tras lo cual opinó que las jubilaciones por moratoria "no debieron ser tales sino prestaciones, es decir, que no se transformen luego en pensiones".

El Gobierno, pandemia mediante, optó el año pasado por implementar un ajuste con los sectores más vulnerables, esto es, asalariados y jubilaciones, y terminó pasando una guillotina horizontal con la cual se fue nivelando hacia abajo. Para Braunschweig "se va hacia un sistema universal en el que todos tendrían asegurada una prestación y si alguien quiere mejorar sus ingresos lo haría a través de un seguro de retiro".

Es decir, de alguna manera se volvería al régimen anterior en el que el jubilado cobraba una prestación básica, y eventualmente una por permanencia, a través de un método de cálculo mixto entre el Estado y lo privado.

Volviendo a la actualidad, los decretos de Alberto Fernández otorgaron aumentos que no contemplaba la inflación, distinto de la ley suspendida que sí la contemplaba, y eso fue lo que ha ido minando el poder adquisitivo de los haberes previsionales.

En el marco de una Argentina envejecida, dijo, y con escasa o nula producción y trabajo, ha ido cayendo la cantidad de aportantes por cada jubilado "y hoy está entre uno y uno y medio por cada uno que percibe un haber previsional cuando lo correcto y sustentable es que la proporción sea de 4 a 1. Yo no creo que al Presidente le guste ajustar el gasto previsional, pero hay que recordar que representa casi un 70 por ciento del Presupuesto".

Además, y para completar el lamentable cuadro que están atravesando los jubilados, el doctor Eduardo Braunschweig señaló que "en mayo se les pagó un bono de 1.500 pesos y se creyó que se lo iría incorporar al haber, para luego aplicarle el aumento del 12 por ciento que les correspondía. Pero no fue así". El panorama, entonces, viene de ajuste y de la mano de un gobierno que se autodenomina peronista. Pero para el abogado, la lógica estaría determinada por lo que los científicos denominan "la tiranía de los números", es decir, "se echa mano al gasto mayor del Presupuesto que es el previsional", e insistió "no creo que al Presidente le guste hacerlo, pero tanto él como cualquier otro no tendría otra alternativa, aunque esto no es justo".