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A 45 años del comienzo de la dictadura militar que desató la represión más sanguinaria que haya conocido el país en toda su historia, fue señalizado ayer el edificio de la Seccional Primera de la Policía como escenario de delitos de lesa humanidad en un acto que a pesar de su carácter oficial prácticamente no contó con la presencia de uniformados, con la excepción de dos jefes que presenciaron la ceremonia desde la vereda de enfrente.

Sólo uno de los actos previstos para el martes pudo realizarse, ya que quedó suspendida la inauguración de la delegación de la Subsecretaría de Derechos Humanos debido a "un problema de habilitación", según se dijo en el lugar.

El subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Matías Moreno, explicó que al comenzar a planificarse el acto cayeron en la cuenta que "no había ningún papel" del Municipio autorizando a esa dependencia provincial a funcionar en el local de la Terminal de Omnibus donde tiene su sede la Comisión por la Memoria.

Ante esa situación, Moreno remitió una nota dirigida al gobierno municipal solicitando ese permiso. Como para la hora de iniciarse los actos enmarcados en la Semana de la Memoria todavía no había llegado ninguna respuesta se optó por suspender la inauguración prevista y por ahora la delegación de la Subsecretaría de Derechos Humanos sigue sin sede.

La señalización del edificio policial se inició con palabras de la delegada local de la subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia, Griselda Lemiez, la que prometió que "seguiremos señalizando cada lugar donde se haya efectivizado el terrorismo de Estado", además de destacar el papel desempeñado por el Concejo Deliberante.

Adelantó entonces que será publicada una edición del Informe de la Memoria presentado veinte años atrás, pero sobre el que se practicó "una revisión minuciosa de su contenido".

El Informe de la Memoria fue aprobado por el Concejo Deliberante en agosto de 2004, cuando el motor de esa investigación y de su resultado final, Mario Méndez, destacado político y ex detenido desaparecido ya había muerto.

La prueba de que esa etapa terrible de la historia argentina todavía en ese momento seguía afectando a la sociedad quedó en claro por la ausencia del entonces intendente Helios Eseverri al acto y su aclaración por nota de las razones de su actitud, en la que apelaba al argumento de la "memoria parcial".

En el acto de ayer pareció quedar en claro que las divisiones persisten, aunque no se sabe si por los mismos motivos. Lo cierto es que no se veían demasiadas presencias de funcionarios políticos, más allá de las previsibles, como la del subsecretario de Minería, Federico Aguilera.

Cuando se descubrió la gran placa que recuerda que ese edificio fue escenario de delitos de lesa humanidad uno de los obreros que estuvo detenido allí la acarició mientras una emoción devastadora se le advertía en el rostro, justo antes de fundirse en un abrazo con el ex detenido desaparecido Carmelo Vinci.

Fue precisamente Carmelo Vinci fue el encargado de recordar que la represión en Olavarría no se inició con Monte Peloni, el más conocido de los centros clandestinos de detención de Olavarría sino que comenzó apenas la Junta Militar se instaló en el poder arrebatado por la fuerza.

Y enfatizó que las primeras víctimas, los primeros señalados como "terroristas subversivos" fueron los trabajadores, remarcando que la represión fue inaugurada en Olavarría en la fábrica FABI y luego siguieron LOSA y Loma Negra.

Recordó el rol que cumplieron algunos civiles en la represión mencionando que hubo obreros denunciados por un gerente por haber cometido el pecado mortal de pretender sindicalizarse, aunque apuntó que hubo víctimas que ni siquiera pertenecían a algún sindicato.

Para Vinci se había consumado un "hecho histórico para los organismos de derechos humanos", tras lo cual aseveró que "el Ejército no actuó solo, las dependencias policiales fueron fundamentales", de lo cual el puede dar testimonio por su amarga experiencia, ya que policías participaron de su secuestro en 1977.

A su turno Matías Moreno apuntó que hay quienes dicen que "nosotros perseguimos" a las Fuerzas Armadas y de seguridad cuando sólo pretenden que los sospechosos de haber cometido delitos de lesa humanidad sean investigados por la Justicia.

"Sólo queremos que vayan a juicio, y acaten la Constitución", subrayó el funcionario para agregar que así se podrá construir un país "entre todos".

Según Moreno, "esto es cerrar el círculo de reivindicación y perdón del Estado".

Finalmente, la murga "Arrebatando Lágrimas" puso la nota de color y alegría que sirvió para canalizar muchas emociones contenidas, tal como viene haciendo desde hace muchos años en actos vinculados con la memoria, la verdad y la Justicia.

Como dijo uno de su conductores, ya hace 21 años que "Arrebatando Lágrimas" camina junto a la Comisión por la Memoria.