Daniel Lovano

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Como si no fuera suficiente con todas las incógnitas que rodean a esta pandemia que no se sabe cómo empezó, cómo combatirla y cuándo terminará, los comerciantes del ejido céntrico de Olavarría transcurrieron la jornada de ayer entre las contradictorias afirmaciones del gobierno municipal y las noticias que llegaban desde La Plata.

Mientras la administración Galli ratificó que la Ciudad está en la fase 4 de este aislamiento social, tal cual lo anunciado en la conferencia de prensa del pasado sábado, desde la capital de la provincia advertían que Olavarría no reúne las condiciones sanitarias como para atravesar la línea de la fase 3.

Posturas encontradas al margen, la actividad reaccionó de distinta manera según el rubro, tal lo que se desprende de una serie de consultas formuladas en la víspera por este Diario sobre la reacción de los consumidores luego de los anuncios del jefe comunal.

"La realidad es que seguimos igual que antes. No se ve un poco más de movimiento, ni más gente que viene a preguntarnos. No entra más gente por la puerta de la que ingresaba antes de los anuncios de Galli" reveló Hernán Poblete, encargado de Nuevas Mueblerías.

"Seguimos con el grueso en la venta online, más uno que otro que ingresa al local y pregunta por algún electrodoméstico. Acá no podemos hablar de un cambio radical" reveló.

La venta por canales informáticos reemplazó durante la mayor parte de la pandemia al contacto cara a cara con el cliente, pero con volúmenes de venta muy distintos.

"Para nada cubre lo que era antes y, creo que le debe pasar a todos, no estamos bien preparados para este sistema porque la dinámica es muy diferente" opinó.

Hernán argumentó que puede llegar a demorar hasta un día de trabajo la comunicación entre la oferta y la demanda: "La gente lo tiene que ver o lo tiene que tocar. No es lo mismo pasarle una foto; se dilata mucho más la venta; piden color, características, modelos, opciones de otras marcas".

La falta de circulante en la calle fue otra característica que notó.

"Se ve que la gente no tiene plata, entonces usa mucho la tarjeta o el Ahora 12; calculo que es un 80 a 20 la proporción. No está viniendo la gente que venía antes" dijo.

"Hay movimiento en las calles, pero no sé si es por los bancos o por qué, pero me pongo a charlar con otros comerciantes y les pasa más o menos lo mismo que a nosotros" indicó.

Medianera de por medio, Marcelo López del local de venta de ropa masculina "Minotauro" se refirió en otros términos a esta realidad.

"Gracias a Dios en nuestro caso la mejoría fue increíble, casi en un ciento por ciento, aunque para ser sinceros, menos mal que fue así porque ya no dábamos más" confesó.

Comentó una confusión, porque la fase 4 comenzaba a regir a partir de este miércoles, y muchos comerciantes interpretaron que arrancaba el lunes.

"La gente se está manejando con suma prudencia; cuando ve más de dos personas esperan afuera como corresponde, el 90% tiene alcohol en gel y se pasa por las manos, todo el mundo viene con barbijo y con la cara de felicidad de poder comprar" destacó.

Marcelo hizo casi un análisis sociológico de la cuestión: "Parece que no, pero hay cosas que forman parte de nuestra vida que cuando no están se extrañan -como entrar a un comercio y elegir un artículo- y son necesarias, más allá de la comida que es imprescindible".

"El delivery nos permitió solucionar un poquito la cosa, pero a la gente le gusta ver la prenda, tocarla, probársela. Y son súper prudentes, se prueban aquello que les gusta y van a llevar" describió.

"Estamos desde el lunes y los que vienen por una prenda, se llevan dos o tres. Te dicen ''le debo este regalito a mi sobrino; cumplió años mi hermano; fue el aniversario de...''. Cambió el humor para ellos, y para nosotros cambió del día a la noche. Es como que estamos vendiendo con efecto retroactivo" bromeó.

Marcelo sí se quejó de las entidades financieras.

"No están a la altura de las circunstancias, ni con nosotros, ni con los abuelos que llegan y no saben cómo manejarse con los cajeros. Eso a mí me da mucha pena. Es lo que más me duele de esta pandemia".

En el sube y baja, Ricardo de Beláustegui se quejó primero que nada de la administración de la pandemia y la imagen ofrecida ayer por el oficialismo olavarriense en la sesión del Concejo Deliberante que trató la Rendición de Cuentas 2019.

"Esta gente después de levantarse de una sesión del Consejo Deliberante debería rendir cuentas en la Justicia. Fue un bochorno, una cosa increíble" disparó.

"A mí esta gestión me debe plata desde enero y todavía no les pude facturar algunos juguetes de agosto del año pasado, porque no me mandaron nunca las órdenes. Lo de enero me hicieron un cheque para fines de agosto; una vergüenza, 9 meses. Encima no lo puedo transferir porque fueron 7 compras y todo en un cheque, que me lo tengo que morfar hasta que llegue la fecha. Estamos muy mal a nivel local; estoy muy preocupado" enfatizó el titular de Librería Aladino.

En lo comercial, recordó que "fue un bajón cuando nos mandaron a fase1" y sostuvo que "desde el primer día de la cuarentena estamos convencidos de que la de los libreros es una actividad esencial, porque todos los otros rubros necesitan artículos de librería para trabajar, y nosotros no podíamos vender porque estábamos en fase 1".

"Librería comercial y juegos de mesa se está trabajando muy bien, el resto está muy relegado" apuntó.

"Desde el lunes la gente, de a poquito, está volviendo a venir. Estamos empezando a trabajar un poco más, con cronogramas de DNI, con protocolos y demás, pero es fin de mes, la gente no tiene un mango y en una época que es tranquila para nosotros" resaltó De Beláustegui, y volvió a fustigar con dureza la actuación comunal.

"Todos los comerciantes pagamos el pato por el brote de coronavirus, que no lo trajimos nosotros, sino que lo trajeron amigos del poder, porque fallaron y siguen fallando hoy los controles en la entrada a la Ciudad" advirtió.

"Si volvemos a abrir los negocios, volvemos a una nueva normalidad de fase 4 y no hacen los controles como se debe para que no entre cualquiera, para que no reaparezca el virus -si es que no hay circulación comunitaria- vamos a estar complicados otra vez" pronosticó.

"Los Comerciantes Unidos de Olavarría le pedimos encarecidamente al Intendente que controle las entradas y las salidas de Olavarría; por favor. Dos tipos infectados pueden armar un escándalo, como ya pasó. Nosotros recibimos las cajas de libros de las editoriales, y los camiones llegan hasta la puerta del local como si nada, cuando en otras ciudades no los dejan atravesar la entrada al pueblo" comparó.

Micaela, de Calzados Pascual, se mostró muy conforme con el balance de la primera semana en la remake de la fase 4.

"Anda mucha gente y en nuestro local estamos muy bien con las ventas desde el lunes" admitió.

"No es lo mismo que antes de la pandemia, aunque se mejoró, es indudable. Está bien que nosotros estamos de liquidación, pero fueron muy alentadores estos días" precisó.

Para este comercio se trata de una calma en medio de la tormenta. "La tuvimos muy complicada. Hubo reducción de horario, reducción de personal y ahora estamos trabajando con un plantel reducido".

El sistema de delivery en el "Día del Padre" fue otro respiro. "Implementamos el 2x1 en botas y nos ayudó mucho también, pero estamos tratando de sobrevivir en medio de la pandemia" reflexionó.