Según evidencias arqueológicas, la cerveza ya se fermentaba en la Mesopotamia (asiática) en un lapso que va del 4000 al 3500 antes de la era cristiana, aunque se supone que el origen de la bebida bien podría ser más antiguo aún, hasta 8.000 años AdC.

En semejante período tres décadas es como un islote en el medio del océano, sin embargo son los que transcurrieron desde que la cerveza dejó de ser segundona del vino en la mesa, fiestas y eventos para hacerse de un lugar central en el consumo de bebidas alcohólicas de los argentinos.

Acompañada en todo este tiempo, no está de más acotar, por una de las campañas publicitarias más bellas, originales y entradoras de las que se tenga memoria.

Dentro de este fenómeno, en los últimos años irrumpieron con fuerza las cervecerías artesanales en el país, y desde hace cinco o seis en lo que refiere a Olavarría.