Se dice también que el calor es psicológicamente tranquilizador, ya que se le atribuyen propiedades analgésicas que pueden ayudar a calmar episodios de estrés, ansiedad o depresión.

Si hablamos de artritis, esta terapia de agua caliente es mucho más efectiva que la de agua fría, ya que ayuda a tratar dolores crónicos musculares.

¿Cómo utilizar esta terapia? Se debe utilizar un paño (o bolsa) de agua caliente y ubicarlo sobre el área de dolor por 20 minutos, 3 veces al día.

Es necesario destacar que el agua caliente o un tratamiento con altas temperaturas no son recomendables para todos tipos de lesiones por lo que siempre es conveniente consultar al médico. Si la piel está caliente, roja o inflamada, el tratamiento con agua fría es la mejor opción.

Si bien, aún no está definido claramente todos los beneficios de este tipo de tratamiento, pues tanto el agua caliente como el agua fría son bastante efectivos en diversas circunstancias, sobre todo cuando se trata de lesiones menores. Si tienes una lesión mucho más grave, te recomendamos visitar a un médico especialista para que te oriente con un diagnóstico mucho más preciso.