Si no fue la única, una de las pocas personas sorprendidas ayer por el reconocimiento a Teresita Verea como la mujer empresaria de 2022 fue la misma Teresita. 

Lo revelaron sus reacciones antes de tener en su poder la plaqueta mayor y lo declaró cuando fue el momento de dirigirse a todos los asistentes a la ceremonia. 

"Vi muchas mujeres en distintas categorías, me pareció maravilloso el reconocimiento, pero cuando anunciaron a la empresaria del año juro que me sorprendí" enfatizó.

"No lo tenía en los planes. El otro por ahí decía 'tal vez lo puedo ganar', pero éste en serio no lo esperaba. Fue algo maravilloso" celebró Teresita Verea.

En un repaso por su andar empresarial, puntualizó que "con 51 años de trayectoria en el negocio recibir esto me emociona y me pone muy bien".

Momentos como el de ayer no pocas veces invocan a un repaso por la historia o una mirada retrospectiva de lo transitado detrás del mostrador de su célebre perfumería olavarriense.

"Todo lo que hemos vivido, todo lo que tenemos y hemos logrado fue en base a sacrificio. Nadie nos regaló nada… Comenzamos con la perfumería en los años 70 y estamos en el 2022" planteó.

"Hemos pasado todas las crisis imaginables del país y seguimos en pie porque nuestro lema siempre fue 'lo que entra en la caja es para reinvertir'. También para vivir mejor, pero esencialmente para reinvertir; lo seguimos sosteniendo y así nos permitió trascender en el tiempo" relató emocionada.

Teresita no dudó en mencionar a su compañero de la vida como el eslabón clave en esta aventura que ya atravesó la barrera del medio siglo: "Mi esposo por sobre todas las cosas fue y es el cerebro de la perfumería".

"En estos momentos por razones de la vida, aunque él está muy bien, nuestro hijo mediano está al frente de la perfumería. Yo sigo siendo la cara visible a pesar de los años (risas) y la que estoy en el salón, pero él es el gran responsable de que Verea sea lo que es hoy" valoró.

Se acordó de su madre "que ya no está entre nosotros, pero que siempre la tengo presente, porque fue un apoyo imprescindible cuando había que cuidar a los chicos. Pero mi esposo por sobre todas las cosas; es un genio para los negocios y se lo podría recomendar al que quiera incursionar en algún negocio (risas)".

A pedido, Teresita entregó consejos a tantas colegas jóvenes que ayer estaban en ese mismo ámbito soñando -tal vez- con emular lo que ella mismo logró en el comercio local.

"Cuando alguien comienza en un negocio chico no hay que marearse con las primeras entradas importantes de dinero. No es todo. Hay que tener en claro que se debe reinvertir en el emprendimiento, cubrir los gastos -si hay personal ni hablar- y lo poquito que puede quedar de ganancia obviamente para el sustento" aconsejó.

"Yo he visto a través de los años fracasar a muchos negocios. Empezaron con un furor tremendo, ingresaba mucho dinero, pero no se aplicaba al crecimiento comercial sino a mayor bienestar de la familia. A comprarse el mejor auto, viajes, refacciones. Nosotros no hicimos eso" se diferenció Teresita.

"Todo fue en su tiempo y en su medida a lo largo de estos 50 años y con mucho sacrificio. Fueron horas y horas trabajando, y no sabíamos lo que eran las vacaciones" destacó.

Sus últimas frases estuvieron dirigidas a la ciudad que cobijó hace medio siglo los proyectos de una joven pareja recién llegada desde Azul.

"Para Olavarría mi eterno agradecimiento. Nosotros éramos de Azul; aunque yo en realidad soy nacida en Hinojo, pero viví muchos años en Azul hasta que vinimos a poner primero Soraya y después Verea" apuntó.

En plan de gratitud, Teresita Verea completó valorando que "la gente de Olavarría nos recibió con los brazos abiertos y sigue en nuestro local como en el primer día. Los quiero profundamente y les agradezco por sobre todas las cosas a todos".