La salud bucal comienza con dientes limpios.

Mantener limpia la zona donde los dientes se encuentran con las encías puede prevenir la enfermedad de las encías, mientras que mantener limpias las superficies de los dientes puede ayudar a evitar las caries y las enfermedades de las encías.

Para ello son necesarios algunos tips de fácil implementación y resultados garantizados:

* Cepillado. En primera instancia hay que cepillarse los dientes dos veces al día y sin apuro. Tomarse unos dos minutos para hacer un trabajo minucioso.

En lo posible, evitar hacerlo inmediatamente después de comer, especialmente si se ingirió algo ácido, como una naranja o un refresco.

Es imperioso no olvidar de limpiarse la lengua, que alberga bacterias, con un cepillo de dientes o un raspador de lengua.

* Usar el equipo adecuado. Usar una pasta dental con flúor y un cepillo de dientes de cerdas suaves que se adapte cómodamente a la boca.

Considerar el uso de un cepillo de dientes eléctrico o a pilas, que puede reducir la placa y una forma leve de enfermedad de las encías (gingivitis) más que el cepillado manual.

Estos dispositivos también son útiles si el paciente tiene artritis u otros problemas que dificultan el cepillado eficaz.

* Practicar una buena técnica. Sostener el cepillo en un ángulo leve, apuntando las cerdas hacia el área donde los dientes se encuentran con las encías.

Cepillar suavemente con movimientos circulares cortos hacia adelante y hacia atrás. Cepillarse demasiado fuerte o con cerdas duras puede dañar las encías.

Hay que cepillar el exterior, el interior y las superficies de masticación de los dientes, así como la lengua.

* Mantener el equipo limpio. Siempre se debe enjuagar el cepillo de dientes con agua después de cepillarse, guardarlo en posición vertical y déjalo secar al aire hasta que vuelva a usarse.

En lo posible, mantenerlo separado de otros cepillos de dientes en el mismo soporte para evitar la contaminación cruzada.

No cubrir rutinariamente los cepillos de dientes ni guardarlos en recipientes cerrados, ya que esto puede estimular el crecimiento de bacterias, moho y levaduras.

* Saber cuándo reemplazarlo. Invertir en un cepillo de dientes nuevo o en un cabezal de repuesto para el cepillo de dientes eléctrico o a pilas cada tres meses, o antes si las cerdas se deshilachan o se vuelven irregulares.

* Uso del hilo dental. No se puede alcanzar las bacterias en los espacios apretados entre los dientes y debajo de la línea de las encías con un cepillo de dientes.

Por eso, el uso diario del hilo dental es esencial.

Cortar aproximadamente 50 centímetros de hilo dental, enrollar alrededor del dedo medio con una mano y el resto alrededor del dedo medio con la otra. Sujetar el hilo dental firmemente entre los pulgares y los dedos índice.

* Actuar con cuidado. Guiar el hilo dental entre los dientes con un movimiento de frotamiento. No meter el hilo dental en las encías.

Cuando el hilo dental llegue a la línea de la encía, correrlo contra un diente y formar una forma de C.

* Tomarlo con un diente a la vez. Deslizar el hilo dental en el espacio entre la encía y el diente, y usar el hilo dental para frotar suavemente el lado del diente con un movimiento hacia arriba y hacia abajo.

Si resulta difícil manejar el hilo dental, usar un limpiador interdental, un hilo dental con rosca, cepillos diminutos que penetran entre los dientes, un hilo dental de agua o un removedor de placa de madera o silicona.

* Otros consejos. Además de cepillarse los dientes y usar hilo dental diariamente, considerar el uso de enjuagues bucales que contengan fluoruro para promover la salud bucal.

En lo posible, resistir a la tentación de usar palillos de dientes u otros objetos que puedan dañar las encías y dejar entrar bacterias.

El consumo de tabaco aumenta el riesgo de muchas enfermedades, como la periodontitis y la caída de dientes.

* ¿Cuándo consultar con el dentista? Para prevenir la enfermedad de las encías y otros problemas de salud bucal, programar limpiezas y exámenes dentales regulares que incluyan radiografías. Mientras tanto, ponerse en contacto con el dentista de notar cualquier signo o síntoma que pueda sugerir problemas de salud bucal, tales como: encías enrojecidas, sensibles o inflamadas; encías que sangran al cepillarse los dientes o usar hilo dental; encías que comienzan a separarse de los dientes; dientes permanentes flojos.

Lo mismo al presentarse una sensibilidad inusual al frío y al calor; mal aliento persistente o un sabor inusual en la boca o dolor al masticar.

La detección temprana y el tratamiento de problemas con las encías, los dientes y la boca pueden ayudar a garantizar una vida de buena salud bucal. (Fuente: Mayo Clinic)