En el festejo de sus 40 años de vida, los propietarios de Todo Ruleman agradecieron el acompañamiento de sus clientes y proveedores a través de los años y destacaron que "tenemos clientes que hoy siguen viniendo como el primer día o vienen los hijos, los herederos, y eso a nosotros nos llena de satisfacción".

Carlos Guarrochena sostuvo que "lo más lindo de esta empresa, cuando se inició, tiene que ver con que los tres somos amigos. Hoy nos falta un socio, por desgracia falleció. Con Rubén Ranieri y Horacio (Ponce de León) somos amigos de la infancia. Y fue algo muy lindo porque nos fue bien, a la larga. En ese momento no sabíamos cómo nos iba a ir, pero eramos jóvenes, tuvimos coraje y tuvimos la gran suerte de que los clientes nos apoyaron y los proveedores, que es lo principal en estos casos. Sino hubiera sido muy difícil".

Asimismo, Guarrochena indicó que "en las sociedades es difícil llevar tantos años y no tener problemas, porque la verdad es difícil llevar una sociedad de tres o cuatro socios y que todos opinemos lo mismo".

Por su parte, Carlos Ranieri recordó "el día en que salí de mi casa para abrir el negocio, para preparar las cosas, y me acuerdo que venía llorando porque no sabía que iba a pasar. Tenía los chicos chiquititos. De eso nunca me olvido. Y arrancamos así, Carlitos vendió el Fiat que tenía, yo vendí el Peugeot que tenía, y nos fue bien laburando, sin sacarle el cuerpo al trabajo".

Ranieri explicó que eligieron este rubro porque "lo conocíamos, eramos empleados de una casa de rulemanes. En el año 72 un amigo me hizo entrar a una casa en Neuquén como viajante, después en el año 73 abrió una sucursal en Tandil y yo fui el encargado. Y en el año 76 renuncié y me vine a trabajar con Carlitos a una casa de Olavarría. Y en el 80 decidimos arrancar. Te digo más, yo quería ir a Tandil porque allá tenía la clientela de donde era encargado. Pero Carlitos dijo que nos quedaramos acá y tuvimos suerte".

Hoy, sus hijos se han integrado a la firma para darle continuidad a esta línea de trabajo: "Primero se sumó Valeria, en la parte contable, que lo reemplaza a Carlitos. Después se sumó Matías, el hijo de Carlitos, que me reemplaza a mí. Martín es el contador y Diego en la parte técnica".

En tanto que Horacio Ponce de León explicó que "estamos demasiado bien para lo que es la situación actual. No creía que ibamos a arrancar de esta manera. Nosotros caímos en la sociedad por la amistad y porque a mí un día se me ocurrió que era una pompa de jabón porque no tenía ningún respaldo económico ni material y solamente si estabamos nosotros podía funcionar. Y ellos iban a ver al Estudiantes de la época de la inundación y ahí se se fueron poniendo de acuerdo".

En el marco de la pandemia, de León aclaró que "trabamos con los cuidados que hay que tener. Y con el hecho de que tenemos una trayectoria larga y la gente nos sigue, sigue viniendo a comprar acá".

Finalmente, Guarrochena remarcó que "tenemos clientes desde hace 40 años. Y hoy siguen viniendo como el primer día. O vienen los hijos, los herederos, y eso a nosotros nos llena de satisfacción".