Un crucero con argentinos llegó a Francia y los quieren bajar en Italia, zona afectada por el COVID-19
El crucero de Costa Pacífica en el que viajan 1.600 argentinos, entre ellos famlias olavarrienses, llegó ayer 19 de marzo a Marsella, en Francia. Sin embargo, solo pudieron descender de la embarcación los ciudadanos y residentes galos. Al resto de los pasajeros se les informó que tienen previsto dirigirlos hasta la ciudad italiana de Génova, en el norte del país, una de las zonas más afectadas por la pandemia de coronavirus.
La embarcación partió del puerto de Buenos Aires el pasado 3 de marzo, cuando la progresión del coronavirus aún no había puesto en alarma al mundo. Tras hacer las paradas de Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Maceió en la costa brasileña, emprendió rumbo a las Islas Canarias.
El 12 de marzo se notificó a los pasajeros que no podrían atracar en Santa Cruz de Tenerife porque el Gobierno español había decidido cerrar las fronteras. Fue entonces cuando se les notificó que el destino final del viaje sería Marsella. Sin embargo, una vez el crucero llegó hasta Francia solo autorizaron a desembarcar a las personas de nacionalidad gala o con residencia en ese país. "Estamos atracados en el puerto de Marsella, con vista al crucero Costa Esmeralda, que tiene el tamaño de un complejo de seis edificios. Las autoridades francesas sólo permitieron descender a los nacionales.
El resto de la población del buque permanece adentro", denunció a este medio el abogado retirado Héctor Tatarsky, de 74 años. Rechazados en España, 1.600 argentinos en un crucero ruegan que los reciban en Francia "No hay certezas de nada acá,. El capitán ha hecho solo una declaración ante algunos españoles rodeado de guardaespaldas, según lo cual nos dirigimos a Génova donde nos harían descender a todos.
Estarían llegando mañana sábado 21 de marzo. Sin embargo, tampoco sabemos si los italianos nos recibirán", puntualizó el letrado. Hay un fuerte malestar de los pasajeros ante la noticia de que los llevarían a Génova, que tenía que ser una de las paradas del viaje si se hubiera realizado con normalidad. Esta ciudad se encuentra al norte del país, la zona más afectada por el COVID-19. Anoche, hubo escenas de violencia y amenazas de que los privarán de agua, luz y alimentos en el caso de que se nieguen a descender de la embarcación.
La letalidad del coronavirus en Italia, con más de 2.000 muertes registradas, supera el 7% de los casos y ya es más alta que la de China. El miércoles pasado, se informó que se registraron 475 decesos por coronavirus en 24 horas, una cifra récord. "Soy paciente de riesgo, puse en conocimiento de la gente del barco que yo en Génova no bajaba porque era uno de los lugares más peligrosos de Europa en este momento y me dijeron que no era tan grave. Me van a tener que hacer bajar por la fuerza pública. En la misma tesitura hay bastante gente acá", contó Tatarsky.
Colapso en Italia por el coronavirus: ya superó a China en el total de muertos Y amplió: "La gente del barco en general no tiene muchas ganas o se muestra reticente a descender allá. Yo en mi caso, que soy un enfermo de riesgo, no debo bajar allí. El tono que habría usado el capitán es imperioso, se hace lo que la comandancia ordena y se baja en Génova". Las dudas que hay entre los pasajeros son dos: la primera si las autoridades italianas dejarán entrar a gente que no sea ciudadana o residente de su país, la otra es si se los va a obligar y de qué manera a descender del crucero. Tatarsky es enfermo cardiaco y tiene colocado un marcapasos y varios stent. Por el momento, se sabe que las personas mayores de 65 años y con alguna patología previa son más vulnerables a padecer las formas más graves de coronavirus. Tendría que tener mucha suerte para salir vivo de aquí, dijo Tatarsky.
El hombre reconoció que no tiene conocimiento de si la ley lo ampara para negarse a bajar del crucero, pero que hará lo que está en su mano para quedarse en él hasta que no le garanticen el resguardo de su integridad y su salud: "Yo voy a resistir hasta donde pueda porque estoy convencido que para mí sería absolutamente perjudicial, tendría que tener mucha suerte para salir vivo de aquí". Desde las autoridades del crucero les dijeron únicamente que el plan es que una vez desciendan en Génova se va a trasladar a cada uno a su país de origen, pero no dieron precisiones de cómo ni cuándo. No hubo tampoco una notificación oficial o una circular para informarles del nuevo destino, como sí ocurrió cuando se cerraron las fronteras españolas.