Aquel viejo sueño del dirigente olavarriense Daniel González, que presentó su idea en el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) Central, en marzo de 2014 comenzó la construcción de la sede que incluye oficinas sindicales y consultorios médicos, con su correspondiente sala de espera y sanitarios en el primer piso, mientras que en planta baja se encuentra un salón con capacidad para sesenta personas, con cocina y baños incluidos.

En ese inmueble que pertenecía a SMATA Olavarría, "se vendió el aire" -como se dice actualmente- y entonces hacia arriba un empresario construyó 25 departamentos, quedándole al sindicato mecánico esa planta baja y el primer piso completo para construir allí varios consultorios médicos, por lo que todos los afiliados próximamente se atenderán allí en todo lo relacionado con la obra social.

De esa manera, después de siete años y medio, el sueño de Daniel González -quien se jubiló recientemente- se cumplió y desde este 8 de diciembre es una hermosa realidad. En un predio que el señor Mazzeo (fallecido), dirigente del sindicato olavarriense, había comprado en su momento por lo que fue un visionario que quienes siguieron sus pasos pudieron concretar, en una jornada con mucha emoción porque significa un paso enorme de la institución sindical mecánica de nuestra ciudad. La esposa de Mazzeo estuvo en el acto, obviamente, y recibió el reconocimiento de todos.

Además, significa un gran beneficio para todos sus trabajadores afiliados, encontrando en la conducción de esta ahora Delegación (que por razones económicas SMATA Central decidió modificar las categorías de algunas seccionales) a Claudio Molina y Javier Ayala como caras visibles de un grupo de dirigentes que trabaja desde hace varios años para el bien de los mecánicos.

En la noche del martes, en uno de los salones de la Sociedad de Fomento Mariano Moreno, se realizó un encuentro y una cena de la que participaron los dirigentes que llegaron desde Buenos Aires como Héctor Chaparro (Secretario del Interior de SMATA nacional), Martín Paci (ex subsecretario del Interior), Esteban García (colaborador del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que ahora conduce Julián Domínguez), Claudio Lissalt (Subsecretario del Interior), Sergio Arista (titular del ministerio de Trabajo en Mar del Plata, Pablo Macarini (Proyecto Peronista) y Maru Ludueña (referente femenina de la 6a Región) reuniéndose junto a alrededor de sesenta trabajadores y dirigentes locales y los que llegaron desde otras ciudades de la Sexta Sección, y todos juntos compartieron una cena e hicieron un brindis por estar juntos y por lo que iba a suceder al día siguiente, entre las que también estaba Liliana González, una histórica trabajadora del sindicato mecánico local.

Finalmente este miércoles el día tan esperado llegó y quedará marcado a fuego la fecha del 8 de diciembre de 2021. El "clima" fue preparándose con antelación y fueron llegando hasta la calle Dorrego -entre 9 de Julio y Avenida Pringles- los trabajadores con sus remeras verdes, con bombos y batucada, se instalaron los afiliados de seccionales de la Sexta Región (Mar del Plata -llegó un micro especial-, Tandil, Chascomús, Bahía Blanca, Pergamino, La Pampa, Junín, Trenque Lauquen, Luján, Azul y Tres Arroyos), así como concejales y referentes del Frente de Todos, de la Juventud Peronista (Natalia Miceli) y de varios gremios que integran la Casa del Trabajador (AOMA, Ferrviarios, Sadop, Soiva, Satsaid, Suteryh y Stigas) para darle color al acto, conducido por Sandra Pérez, y que tuvo al dirigente Javier Ayala en todos los detalles organizativos.

Por supuesto, en la primera fila de las sillas que fueron ubicadas sobre la calle Dorrego estaban quienes fueron parte de los cimientos del gremio olavarriense y de esta obra, tal como resaltó Chaparro cuando hizo uso de la palabra momentos antes de la inauguración, para resaltar la idea y la gestión del "Gallego" González, y también fue Claudio Molina el que -sumamente emocionado, pero también muy feliz- explicó, después de recibir una plaqueta de los dirigentes capitalinos, cómo fueron dándose los pasos hasta llegar a este presente con la flamante sede, además de agradecer a todos quienes llegaron para acompañar a SMATA en este feliz momento.

Por supuesto, se cantó el Himno Nacional y luego fue el padre Marcos Picaroni, de San Cayetano, el encargado de realizar la bendición de las instalaciones y luego todos fueron ingresando -en grupos de a quince personas- para conocer el SUM y el primer piso, un verdadero lujo, que refleja el esfuerzo del sindicato mecánico para dar un gran paso adelante en pos de brindar lo mejor para sus afiliados.