Varones coinciden en interpelarse entre ellos y cambiar actitudes para evitar la violencia de género
"Todas conocemos a alguna mujer abusada, pero los varones no conocen hombres abusadores. No dan las cuentas" fue una frase que se replicó en las redes desde el femicidio de Úrsula. En diálogo con Télam, los varones cuentan qué está pasando entre ellos en relación al tema.
Télam
Cuestionar sus privilegios para dar el paso a interpelarse entre ellos y encontrar espacios propios para cambiar actitudes que promueven el machismo y son el germen de la violencia de género, son parte de las reflexiones que hacen los varones sobre su rol para prevenir los femicidios.
El femicidio de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada por su exnovio, el policía bonaerense Matías Martínez, en la ciudad bonaerense de Rojas, produjo una nueva ola de reclamos para acabar con la violencia de género en el país, donde se instó particularmente a los varones a rever su rol.
"Todas conocemos a alguna mujer abusada, pero los varones no conocen hombres abusadores. No dan las cuentas. Si de verdad quieren comenzar a deconstruirse empiecen rompiendo esos pactos", fue la frase que se replicó en redes sociales desde el 9 de febrero, día en que se conoció el femicidio de la joven.
Télam consultó a varones para saber qué está pasando entre ellos, si realmente están cambiando actitudes o sólo se trata de expresiones anti violencia.
Para Martín Vainstein, de 28 años, activista ambiental y estudiante de Ciencias Políticas de la ciudad de Buenos Aires, los varones "debemos hablar con otros varones de estos temas".
"Hablando con mi novia vi cómo el femicidio de Úrsula la afectó un montón y yo lo tomé de otra manera. Me quedé pensando en que los varones tenemos que tener nuestros propios espacios de interpelación a otros varones", dijo a Télam.
"En los grupos de amigos hay que encarar a los que bardean. Si no empezamos a encarar a los mismos chabones, no podemos esperar que las pibas lo hagan", opinó.
Y contó que en un grupo de amigos hablaron sobre sus privilegios y sobre "qué micro agresiones patriarcales" ejercen en el día a día.
"Uno contó que se dio cuenta que nunca la dejaba a su pareja terminar de decir las cosas y la interrumpía", ejemplificó.
El año pasado, una campaña en redes impulsada por Spotlight, una alianza de las Naciones Unidas y la Unión Europea contra los femicidios, llamada #AmigoDateCuenta, incentivó a los varones a identificar mandatos machistas, a que puedan cuestionarlos y construyan nuevas masculinidades.
El diputado nacional Leonardo Grosso se preguntó esta semana en su cuenta de Twitter "¿Qué estamos haciendo los varones?" ante la noticia del femicidio de Úrsula.
"En el 2020, la línea 144 recibió 108.403 denuncias por violencia de género, donde el 90% de las agresiones a mujeres son producidas por varones. ¿Por qué este dato no nos interpela lo suficiente? ¿Por qué nos desentendemos con facilidad del problema?", agregó.
"Para que un femicidio suceda este sistema de privilegios se reproduce en nuestro silencio y nuestra comodidad", aseguró el legislador.
Esta semana se conoció una carta que escribió en las redes sociales un ex novio de Úrsula, Oliver Barret, que sumó a este debate.
"De alguna forma tengo que pedir perdón por no hacer más cuando me dijiste que la estabas pasando mal, pero no querías que se entere tu familia", escribió Barret y reconoció que "esto se pudo haber evitado".
Por su parte, Facundo Acuña, de 37 años, que trabaja en comunicación institucional en el partido bonaerense de Morón, reconoció: "Estamos entrando en una etapa en la cual los varones nos tendríamos que interpelar nosotros mismos".
"Lo que sucede es que las que nos interpelan son las mujeres y hay mucha resistencia de los varones a dar una respuesta o cuestionar nuestros propios privilegios. Un ejercicio sano sería empezar a ver qué cuestiones de nosotros mismos hacen que la violencia hacia las mujeres se reproduzca", aseveró en diálogo con Télam.
En ese sentido, Acuña compartió que "en los grupos de amigos nos pasa que no identificamos del todo los micromachismos en nuestras relaciones con las mujeres".
"La clave para empezar una deconstrucción tiene que ser entender lo que cuestiona el feminismo. No busca eliminar a los hombres, sino que busca que haya igualdad de oportunidades y de derechos", afirmó.
Enrique Stola, psiquiatra feminista, explicó a Télam que "la mayoría de los varones que se reconocen como heterosexuales y que cumplen con las normas sociales son un claro sostén ideológico y de la práctica del sistema de dominación masculina, y esto da cobertura y espacio ideológico a los machos más violentos que terminan matando".
Stola aseveró que se trata "de un tema de poder", por lo que "para que la violencia extrema se modifique, los varones tienen que dejar de sostener las múltiples violencias de baja intensidad que sufren las mujeres cotidianamente".
En ese sentido, el especialista recomendó que se debe reunir cada vez más a varones que estén proponiendo otros modelos de masculinidades y se debe hacer foco en la educación formal e informal.
"Debemos apuntar a políticas que estimulen la conexión de los varones. Debemos lograr un activo de varones que estén cuestionando, que su rol impacte socialmente ya que hoy en día lo hacen en soledad o en pequeños grupos", apuntó.
"Es necesario en la educación formal la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) para así evitar de pequeños imponerles los estereotipos, y en cuanto a la educación informal, que pueden ser los mensajes de la publicidad o ficciones, mostrar que los varones podemos encontrar una salida diferente", concluyó.