"Uy sí... El Tour de Francia sería otro sueño, muy difícil pero no imposible. Con esfuerzo se puede llegar y si no hay que proponérselo igual", dice William Brun, a punto de salir a pedalear entre montañas. Es viernes y hay un poco de viento pero nada lo detiene: Bélgica está en su hoja de ruta y entrena para sumarse a la actual temporada de ciclismo en ruta en el viejo continente. No tiene los recursos pero sí la preparación y asume cada día como un nuevo desafío. Ahora desde San Juan, la meca de los ciclistas en nuestro país; lo mismo hará el jueves en un festival nocturno que se hará en la pista de Racing a su beneficio y el domingo en La Pampa.

"Acá ando, pedaleando", dice con entusiasmo, antes de salir a la ruta a disfrutar de ese deporte que lo atrapa desde hace tres años pero que abraza desde la cuna. Su padre es Pablo "Indio" Brun, un reconocido ciclista que además es su entrenador. Así nace su vocación por la bicicleta aunque recién "a los 15, hoy tengo 18, me puse a entrenar en serio, fijándome objetivos", le cuenta a EL POPULAR.

Salir a la ruta

Willi, como es conocido en el mundo deportivo, aclara que no ha sido ni es una meta sencilla. "Es difícil porque el único apoyo que tenía era mi papá, mi familia y económicamente mi abuelo, que me llevaba a las carreras y me pagaba los gastos. Del Municipio, no", señala el joven pedalista.

Necesito sí o sí entrenar en la ruta, a pesar de los peligros que eso implica, sí.

En Olavarría, el entrenamiento es diario pero "tenemos que salir a la ruta porque eso es lo que hago, ciclismo de ruta y me tengo que preparar para ir a Europa. Necesito sí o sí entrenar en la ruta, a pesar de los peligros que eso implica, sí. Salgo con mi papá a entrenar todos los días", argumenta.

Cada jornada demanda varias horas de pedaleo. "La semana pasada entrenamos con el equipo en Bolívar. En 5 horas y media hicimos 200 kilómetros continuados. Sólo paramos para tomar agua y comer algo. Hay que tener buena preparación física, alimentación adecuada y estar bien descansado", explica William Brun.

Apoyos necesarios

Bélgica apareció en los planes cuando el joven olavarriense fue invitado a sumarse al calendario del ciclismo europeo. El sí hubiera sido inmediato si la cuestión económica estuviera resuelta. Pero no desecharon la propuesta y decidieron apostar mediante la realización de eventos y un riguroso entrenamiento para conseguir ese sueño.

De hecho, el 16 de enero habrá una carrera nocturna para colaborar con ese viaje, organizada por la Unión Ciclista Olavarriense. La competencia se desarrollara en la pista de Racing y todo lo recaudado será para el joven pedalista.

Mi sueño era salir campeón argentino y correr en la Selección. Y las dos cosas las logré.

La intención es llegar al norte de Europa para integrar un "equipo continental durante 5 o 6 meses, recorriendo diferentes ciudades para que me conozcan" y así poder acceder a otras temporadas.

Necesitan 3.500 dólares para poder afrontar aéreos, estadía e inscripción. "Tenemos 1000 dólares, por eso necesitamos recaudar fondos", comenta el joven, consciente de que es tiempo de descuento.

En marzo o abril ya debería estar en competencia y habla con tanta seguridad que hasta ya es posible imaginarlo en modo belga.

No sería su primera experiencia internacional. En julio de 2019 viajó a México junto con la Selección Argentina para ser parte del Campeonato Panamericano Juvenil. En ruta y en pista. "Me fue bien, del equipo argentino fui el único que llegué en competencia de ruta. Una linda experiencia aunque no pude hacer podio", comenta con espíritu competitivo, al repasar su puesto 27º en la tabla general.

Pero esta vez será diferente. "En lugar de una semana serán meses y voy a hacer preparación y a competir para que el equipo te mire y vea qué características tenés", explica, seguro de estar a la altura de las circunstancias.

A pulmón

Esa competencia le permitió comprobar y comparar el respaldo que recibe el ciclismo en otras latitudes. "Nada que ver con la Argentina. Tienen mucho apoyo. En Colombia, por ejemplo, es una selección aparte, tienen todo bien armado. Hasta masajista hay en el equipo...", comenta con asombro.

Acá no hay ayuda oficial y el trabajo es a pulmón. Pero lo asume como un obstáculo a sortear, no como un impedimento. Y con ese objetivo decidió instalarse en la capital del ciclismo argentino.

"El viaje a San Juan lo banca el equipo para el que corro yo y mi papá, que es de la Municipalidad de Bolívar, donde somos 7 integrantes pero a San Juan vinimos 3. Yo soy el más chico", apunta Willi.

"En la escuela también me han apoyado mucho, la directora y todos", señala Willi, que cursa en la Escuela 18, cuya directora es Lorena Peralta, quien se ocupa de difundir cada evento y apuntalar la carrera del ciclista

William tiene cuatro hermanos: Priscila de 13; Walter y Martina, de 11; y Allison de 9. "Los mellizos querían correr en bici, y lo hicieron, pero les aconsejaron pasar porque son muy chiquitos y la bici es muy cansadora, muy exigente".

Metas cumplidas

Cuando empezó a competir "mi sueño era salir campeón argentino y correr en la Selección. Y las dos cosas las logré. Después me puse como tercer sueño viajar a Europa y estoy a un paso, pero me faltaría ayuda económica del Municipio y de alguien que me quiera dar un apoyo. En marzo o a más tardar en abril debería viajar. Estamos al límite", expone William con entereza pero apelando a la sensibilidad estatal y tratando de conseguir privados que oficien de sponsors.

Y su carrera haría podio si llegara hasta el Tour de Francia, claro está. "Lo mío es apostar todo al ciclismo y si no se me cumplen los objetivos se verá, arrancaré a estudiar algo. Ahora es enfocarme en la bici y hacer lo que me gusta. Es muy cansador y tenés que estar bien psicológicamente, preparado. Hay días que no tenés ganas y hay que entrenar igual pero te vas formando físicamente y psicológicamente. Todos los días salgo a entrenar", describe.

"El desafío es conmigo mismo", asegura sobre el final el pedalista que soñaba con ser campeón e integrar la selección nacional, el mismo que compitió en México y que ahora pulsea por llegar a Bélgica. Y hasta es posible que llegue el día en que su hoja de ruta lo encuentre pedaleando ya no entre las montañas de San Juan sino en el país de la Torre Eiffel, en la carrera más importante del mundo, a bordo de "mi bici, mi gran compañera, a full siempre".

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