La mercadería y encomiendas que ingresan al penal tendrán doble desinfección
Los guardiacárceles que reciben las mercaderías que acercan o envían los familiares de los detenidos someten a un proceso de desinfección a esos elementos al rociar con pulverizadores soluciones de agua con cloro o lavandina.
Luego, al llegar los alimentos a los pabellones, los propios privados de libertad realizan un procedimiento similar con el fin de eliminar las posibilidades de que ingrese el virus del COVID-19 al sector penal.
Además, los penitenciarios que trabajan en los depósitos y en los sectores de cocina de las cárceles implementan un minucioso protocolo de higiene con los alimentos que envían los proveedores.
Desde la Dirección de Seguridad de Higiene Alimentaria del Servicio Penitenciario Bonaerense detallaron que los agentes desinfectan toda la mercadería que ingresa al depósito y trapean con un paño húmedo todo lo que sea empaquetado, en tanto que rocían con un pulverizador con agua y lavandina todo lo que viene embolsado.
El protocolo establece también que los privados de libertad que colaboran en la elaboración de alimentos ingresan al sector cocina con un cambio de muda dejando en el vestuario la ropa del pabellón, el uso de tapabocas y que los calzados se higienicen en paños húmedos con agua y lavandina.
Además, se controla el frecuente lavado de manos con agua y jabón repetidas veces, y se excluye que participen de esas actividades a los internos que pertenecen a grupos de riesgo ante el coronavirus.
El protocolo especifica que las instalaciones donde se cocina deben desinfectarse diariamente con agua y lavandina incluyendo pisos, mesadas, cámaras y sector carnicería una vez concluidas las tareas del turno mañana y el turno tarde.
Otras medidas que se aplican son: todos los utensilios utilizados luego del lavado se sumergen en agua y lavandina, no se permite el ingreso al sector de personas que no sean del área, se ventilan los ambientes de manera permanente y los presentes mantienen una distancia social.