En Ramos Mejía, Roberto Sabo, padre de dos mellizos, atendía su kiosco llamado "Drugstore Pato", ubicado a tres cuadras de la Comisaría Seccional Segunda. Este domingo después del mediodía, el comerciante fue sorprendido por una pareja de delincuentes armados que intentó asaltarlo, le disparó y lo mató. Luego, para escapar, los asesinos (un hombre y una mujer) le robaron un auto a un remisero y una moto a un delivery.

Sin embargo, no llegaron muy lejos y los detuvieron. La sospechosa tiene 15 años.

El crimen ocurrió alrededor de las 14, cuando los delincuentes ingresaron al negocio, intentaron robarle al dueño y lo asesinaron de, al menos, un disparo en la cabeza. Fuentes policiales señalaron a la agencia Télam que un testigo del homicidio informó a la Policía que observó cuando los malvivientes salieron del local y se escaparon en un Ford Focus color negro, que le habían robado a un remisero de la zona. 

Según las mismas fuentes, en medio de la fuga, los delincuentes chocaron contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear. Para intentar esconderse, la pareja ingresó a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la ropa que vestían para no ser reconocidos.

Agentes de la Comisaría 2° de Ramos Mejía, de la Subestación Oeste de La Matanza, fueron alertados porque le habían robado una moto a un delivery, por lo que rápidamente iniciaron un operativo cerrojo que finalizó con la detención de los sospechosos en el cruce de Avenida de Mayo y Rivadavia.

Los delincuentes fueron identificados como Leonardo Daniel Suárez (29) y una adolescente de 15. En su poder hallaron cinco teléfonos celulares, dinero en efectivo, un revólver calibre .22 con cuatro vainas intactas y una servida.

La causa quedó a cargo del fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, quien caratuló al hecho como "homicidio en ocasión de robo".

Tras el crimen, un grupo de vecinos autoconvocados y familiares de la víctima, Roberto Sabo, se concentraron frente al comercio y, entre aplausos, exigieron "Justicia". "A tres cuadras del kiosco está la comisaría, con todos los móviles parados en la avenida de Mayo.

Pasadas las 18 horas, los manifestantes se trasladaron a la puerta de la Comisaría Seccional Segunda de Ramos Mejía, donde una hilera de efectivos, con cascos y escudos, les impidieron el ingreso.

Pedro Sabo, el padre del kiosquero asesinado, lloró frente a las cámaras. "Arruinaron una familia", dijo el hombre y explicó que su hijo heredó el comercio que antes era de él y que lo atendía junto a uno de sus nietos. "No sé si mañana no voy a trabajar y me matan a mí también", dijo el papá de Roberto visiblemente descolocado.

Con información de Infobae