Tres pasajeros murieron este miércoles como consecuencia del vuelco de un micro de larga distancia que circulaba por la ruta 2, con rumbo a Miramar. Según los primeros testimonios, el ómnibus se despistó y se dio vuelta en el cantero divisor de carriles inundado, a la altura de la localidad de Vivoratá, en el partido bonaerense de Mar Chiquita. Las víctimas son un adolescente de 16 años, un hombre de 45 y otro de 55 años.

El accidente ocurrió a las 7.20 de la mañana y se presume que las víctimas murieron al quedar sumergidas en el agua acumulada en el cantero central de la autovía. El micro quedó volcado en el agua, que se habría convertido en una trampa mortal para los pasajeros que no pudieron salir. Las autopsias determinarán si la causa de fallecimiento fue algún golpe o por inmersión.

La Policía Vial con asiento en Camet indicó además que los 21 pasajeros restantes del micro de la empresa Rutamar, al igual que los dos choferes, resultaron sin heridas de gravedad.

El micro había partido de la localidad bonaerense de General Pacheco y tenía como destino final la ciudad balnearia de Miramar. Sin embargo, en el trayecto tenía programadas paradas en siete localidades más.

El fiscal de Mar del Plata, Rodolfo Moure, informó que el chofer que en ese momento manejaba el micro, se encuentra detenido y se le secuestró el teléfono celular para peritarlo. Los investigadores verificarán si esa pudo ser una causa de distracción. También se está tomando declaración a los pasajeros que están en condiciones de hacerlo.

"El vuelco se produjo en una zona recta, estaba despejado, con poco viento y el asfalto estaba seco. En el lugar no quedaron huellas de frenadas, sólo el despiste hacia la zanja", señaló el fiscal.

"No hubo ninguna colisión. Suponemos que hubo un desperfecto mecánico o alguna falla del manejo", contó Nicolás Marini, secretario de Salud de Mar Chiquita, quien aseguró que "el conductor y su acompañante están sanos".

El funcionario también relató que cuando llegaron los bomberos al lugar "muchos pasajeros estaban saliendo por la ventana". Y sobre las víctimas dijo que habían quedado "completamente sumergidos".

"Pá, ya estoy llegando"

"Pá, ya estoy llegando", le avisó por mensaje Santiago Ayerzi a su papá, y al mismo tiempo compartió con él su ubicación en tiempo real para que lo siguiera desde la pantalla del celular. Nadie había informado todavía de un accidente, ni los medios ni las autoridades, y como el ómnibus no llegaba a la terminal, el hombre buscó la aplicación de mensajería en su teléfono: el globito que indica la localización de su contacto, en este caso la de su hijo, titilaba detenido en la ruta 2. Hacia allí fue.

Claudio Fazio, papá del muchacho, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Se encontró con el micro tumbado en el agua, algunos pasajeros que habían sido rescatados, bomberos trabajando, intentando sacar los cuerpos. Escenas de desesperación. Su hijo Santiago, de 16 años, no estaba entre los rescatados, tampoco en el ómnibus, adonde había quedado solo una de las tres víctimas fatales.

Con lanzas y ganchos, los bomberos buscaban en el agua: los vidrios del lado izquierdo, donde golpeo el micro contra el agua habían estallado y en la hondonada inundada entre ambas manos de la autovía flotaban pedazos de carrocería, ropas, alguna mochila.