Como es costumbre, estuvo presente el Chef Juan Bracelli, el intendente Miguel Ángel Lunghi y autoridades del DOT. Este año, el salame alcanzó los 99,50 metros de largo y los 278 kilos de peso.

Luego de ser presentado, el salame más largo del mundo, se repartió entre diversos actores de la comunidad tandilense, el primer metro fue entregado al Intendente Miguel Lunghi, el segundo a la peña El Cielito, el tercer metro al Clúster quesero de Tandil, los siguientes diez a la Asociación de Hoteles y Restaurantes, que luego los ofrecerá para ser degustados en los distintos locales gastronómicos de la ciudad. Además, otros diez metros fueron donados a beneficio del Banco de Alimentos de Tandil para ser sorteados con la compra de un bono contribución. Y el resto lo disfrutaron los asistentes del Festival.

Único en su especie, el Salame de Tandil cuenta con la primera Denominación de Origen (D.O.) del país para un alimento agroindustrial. Obtenida en 2011 -después de 15 años de estudios de factibilidad, en los que trabajaron activamente las empresas chacinadoras y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca-, la D.O. busca proteger un producto genuino e histórico de la región. El clima, las pasturas y el ganado de la zona son claves para la obtención del sabor que distingue a este embutido en el mundo y que se ha convertido en un clásico de las picadas de los argentinos.

La elaboración del salame más largo se produjo según los patrones que marca la D.O. Materias primas obtenidas dentro de la región, con alimentación a base de pasturas y maíz, según sea ganado vacuno y porcino, respectivamente y con las proporciones establecidas de carne vacuna y de cerdo. Estacionado y curado en el clima benigno de Tandil (frío pero no helado, húmedo en general y ventoso), luego del curado adquiere la consistencia necesaria y el emplume -así se conoce a los hongos que lo recubren- que le dan el color blanco ceniza característico, esenciales en la obtención del flavor. (El Diario de Tandil)