La petrolera Shell, bajo la gestión de Raizen en Argentina, llevó a cabo un aumento promedio del 37% en el precio de sus combustibles, siendo este el segundo incremento en un corto período. Este ajuste de precios en Shell anticipa un movimiento similar en las estaciones de servicio de otras empresas minoristas del sector.

En Olavarría, este aumento ya se refleja en los surtidores, donde la nafta super alcanza los 665 pesos y la versión premium llega a los 796 pesos. Por su parte, el precio del gasoil ha subido a 699 pesos y 847 pesos, respectivamente.

El aumento promedio del 37% se suma al incremento del 15% que la empresa había aplicado a fines de la semana pasada. Este ajuste responde a movimientos en el tipo de cambio oficial y al proceso de recuperación de precios para compensar el atraso acumulado a lo largo del año.

Se espera que otras compañías petroleras sigan este movimiento en las próximas horas para evitar una posible escasez de combustible y la saturación de demanda en sus estaciones de servicio. La repercusión en Olavarría ya se ha evidenciado con largas colas en aquellas estaciones que aún no han ajustado sus precios. La situación destaca el impacto directo en los consumidores y la necesidad de una gestión cuidadosa de los costos de combustible en la economía local.