"¿Vos seguro que sabés quién lo ganó?", le dice un hombre a Gustavo Eberle, el dueño de la Agencia Nº 87 de Guatraché que vendió la apuesta del Quini 6 premiada con 106 millones de pesos. En la ancha vereda del negocio, sobre la avenida Zeballos, y en todo el pueblo, no se habla de otra cosa.

Con el correr de las horas, la euforia de la pequeña localidad pampeana por el nuevo millonario se transformó en intriga y hasta en cierto malestar, al ver que el afortunado no revela su identidad.

Guatraché está al sureste de La Pampa. Dista unos 180 kilómetros de Santa Rosa. Y se ubica a la misma distancia de Bahía Blanca, ciudad del sur bonaerense con la que los guatrachenses tienen mucho intercambio y vínculo.

Es una zona triguera, que muestra aún los molinos y los silos inactivos de la Junta Nacional de Granos. Cerca de la vía (el tren llegó hace 113 años), se levantan las construcciones del pueblo.

Gustavo Eberle, el agenciero que vendió el pozo ganador, recuerda que hace más de veinte años, en esa misma agencia se vendió otro premio millonario del Quini 6 . "Fue hace 24 años. Esa vez yo era empleado", dice, apuntando a la caprichosa ronda de suerte que le tocó al pueblo.

"Fue por esta misma fecha, cerca de las Fiestas", dice Gustavo. Y se arrima a una vitrina adonde hay recortes de diarios. "El 11 de enero de 1996 se entregó el premio", remarca.

Pero aquella vez la intriga duró poco. "Supimos que lo vendimos nosotros y a las diez y media de la mañana ya se sabía que lo había ganado Marcelo Stele", recordó Eberle. El premio de entonces fue de un millón cien mil pesos. Era la época de Menem/Cavallo con un peso-un dólar. Al cambio de ahora -según el dólar que se use para el cálculo- aquel premio equivaldría a unos 70 millones de pesos.

El hombre que bromea con el agenciero por el nombre del ganador obtiene de él la misma respuesta que todos: "Yo lo vendí, es lo único que sé. Pero no sé quién es el ganador", afirma Eberle, cerrando la frase con una sonrisa. Todos creen que él sabe y guarda el secreto. En su agencia se hacen unas cien apuestas por día en los juegos "poceados".

Otro vecino y habitual apostador de la agencia 87 se baja de un auto. Lo felicita a Eberle que repite una vez más lo que sintió cuando se enteró de que había vendido el pozo millonario. "Desde entonces estoy volando", dice.

En la estación de servicio, Nelson, un playero, habla con su compañero de trabajo. "Está bien que no diga. Van a aparecer los mangazos", bromea.

En Pampero y Huracán, dos clubes con tradición futbolera de Guatraché, desean que el nuevo millonario sea uno de los suyos. Como en todos los pueblos del interior, el aporte de los hinchas es clave para enfrentar a su archirrival. "Ojalá sea de Huracán", dice Julio, un fanático del Globo guatrachenses.

Hay un insistente rumor

Un rumor insistente es que el nuevo millonario es "Yoyi", un camionero. "Claro. Se habla de él. Pero lo fueron a ver. Un vecino le preguntó directamente. También los amigos, y él lo niega", contó Nelson, el playero de la estación de servicio.

Para el vendedor de la apuesta millonaria, Gustado Eberle, la intriga es una tensa espera. Porque si no se cobra el premio, él se quedará sin la recompensa que le toca, que es del uno por ciento. "Si es quien dicen, me lo hubiera dicho. Seguro. Y no hay chance de que alguien se esconda por mucho tiempo. A la larga, lo vamos a saber. Porque va a gastar, porque tiene que hacer algún trámite", especula el agenciero.

Además, descarta que haya un ganador que aún no se haya enterado de su fortuna. "Los que vienen acá son todos conocidos. Puede haber cinco apuestas por semana que son de la Colonia Santa Teresa (un pueblo ubicado a 15 kilómetros) o de Campos (distante a 30 km)", analiza. El ganador tiene un plazo de quince días para presentarse.

"Si no viene el ganador, salgo a buscarlo uno por uno en el pueblo", dice Eberle. Desde la noche del domingo para el feliz agenciero empezó una cuenta regresiva.

Fuente: Clarín.