La localidad de Blaquier, en el interior rural bonaerense, se ve envuelta en luto tras la tragedia que cobró seis vidas en un pozo de bombeo cloacal el viernes pasado. Las víctimas, afectadas por la inhalación de gases tóxicos, incluyen al "bombista del pueblo" Ricardo Bottega (60), así como a Juan Ramón Sánchez (50), su hijo Nicolás (28), Mateo Pellegrino (27), Carlos Rodolfo Renger (39) y Alejandro Centeno (35).

Ricardo Bottega, conocido como el "bombista del pueblo", era un residente de Ameghino que había dedicado más de tres décadas a reparar bombas. Su presencia era fundamental en la comunidad, y su pérdida se siente profundamente en la región. Según el intendente Nahuel Mittelbach, Bottega era contratado debido a su experiencia y dedicación en el campo.

El trágico suceso también se cobró la vida de dos bomberos voluntarios: Mateo Pellegrino, de 27 años, originario de la ciudad de Lincoln, y Juan Ramón Sánchez, de 50 años, junto a su hijo Nicolás. Pellegrino, egresado en Veterinaria de la Universidad Nacional de La Pampa, era un apasionado del fútbol y un activo jugador del Club Social y Deportivo Blaquier.

Juan Ramón y Nicolás compartían su amor por el fútbol, además de su labor como bomberos. El padre, aficionado a los autos y corredor en el TC4000, dejó un legado deportivo en la comunidad. Por otro lado, Carlos Renger, vinculado a los molinos, y Alejandro Centeno, tractorista, también perdieron la vida en un acto de solidaridad al acudir al lugar del accidente para ayudar a sus vecinos.