Otra diputada de La Libertad Avanza (LLA) intentó tomar distancia de la gravísima visita en la cárcel a un genocida, junto con otros cinco legisladores de esa bancada. Se trata de Lourdes Arrieta (la que durante una sesión se colgó un patito en la cabeza), quien recurrió a una insólita excusa para desentenderse del caso: “No sabía quién era” Alfredo Astiz.

Formaron parte de la comitiva libertaria que visito a secuestradores, torturadores, violadores, ladrones de bebe y asesinos, que actuaron durante la persecución política bajo la dictadura del 1976 a 1983,  Benedit, María Fernanda Araujo, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y Rocío Bonacci.

El papel de Martín Menem

“A mí se me informó, como a todo el bloque de LLA, que era una visita netamente institucional y humanitaria para conocer las condiciones edilicias y también sanitaria de los internos”, dijo Arrieta.

No obstante, dio una versión de los hechos un tanto diferente a Bonacci respecto de la responsabilidad del presidente de la Cámara, Martín Menem, quien facilitó la combi para que los del bloque LLA viajaran hasta la cárcel.

“Se me dieron las garantías de que era una visita oficial porque se avisó en el chat de WhatsApp del bloque de LLA. Martín Menem estaba al tanto que era una visita para conocer las condiciones sanitarias y de infraestructura del penal. No para reunirnos con represores”, aseguró.

Coartada más, coartada menos, la postura de Arrieta es totalmente contraria a la que tuvo cuando decidió participar de la visita para reivindicar el terrorismo de Estado. En ese momento, ella creyó que el motivo para ir a Ezeiza “era otro”.

Fuente www.pagina12.com.ar