Carlos Pacheco está convencido que parte del dinero que la gente no pudo gastar en viajes de vacaciones, obligados por la cuarentena de Covid 19 desde que comenzó, allá por marzo de 2020, ha sido destinado a hacer más confortable el hogar y a mejorarlo estéticamente. Así, encuentra razones para explicar cómo aumentó el ritmo de su actividad mientras muchos se achicaron. La escuela nunca lo atrajo demasiado a Carlos y descubrió los placeres y ventajas del estudio ya de adulto, cuando comenzó a profundizar en los saberes de la metalurgia.

En tercer año del Comercial decidió interrumpir la escuela secundaria y comenzar a trabajar con su padre, pintor de obra. Pero ese tipo de ocupación no le gustaba mucho y gracias a la intervención de un cuñado comenzó a trabajar en la firma Impo Civil, a la que sigue agradeciendo el impulso y la ayuda que recibió cuando decidió independizarse.

En esa empresa no sólo descubrió el mundo de la soldadura, del que desconocía todo, sino que encontró algo que tuvo una influencia decisiva en todos los órdenes de su vida, incluyendo su trabajo: el amor.

En la misma firma se desempeñaba en el área administrativa Sabrina, quien hoy es su esposa y madre de su pequeña hija Luna. Carlos, además, tiene otro hijo, Agustín, que nació cuando apenas tenía dieciocho años. La firma se llama ASC, que son las iniciales de Agustín, Sabrina y Carlos, ya que Luna no había nacido cuando se constituyó la empresa. Es que Pacheco se trata de una persona que tiene a la familia como lo más importante.

"En primer lugar quiero agradecer a la gente que nos viene eligiendo durante todo este tiempo, y lo digo de corazón. Esto que estamos pasando es muy lindo. También destacar a los chicos que me ayudan día a día, ya que entre todos la venimos remando y creciendo juntos", sostuvo en primer lugar.

"Nosotros lo que hacemos con el tema del trabajo es ir, sacar medidas y responder a los mensajes que nos mandan todos los días, que siempre se responden. Así, cumplimos con la gente. Pasamos, medimos y no se cobra por hacer un presupuesto de trabajo. Luego nos dedicamos a averiguar el tema de los materiales y buscar los mejores precios, porque los valores de los hierros se han ido por las nubes, están muy caros. Por eso tratamos de armar un buen presupuesto para poder concretar la obra", explicó en cuanto al método de trabajo que se tiene en ASC Metalúrgica.

"Las ideas pueden ser del cliente o también se me ocurren a mí. Me gusta mirar videos, cosas lindas muy nuevas que siempre siguen saliendo y en base a eso armamos el trabajo en conjunto. Estos años venimos creciendo con todo y estamos muy felices de poder seguir así. Nos ha costado mucho, pero día a día seguimos avanzando gracias a Dios. Por eso vuelvo a agradecerle a todos y los invito a que nos sigan en Instagram y Facebook. Allí figura mi número teléfono para el contacto", agregó Pacheco.

El supo jugar años atrás en Racing A. Club. Siempre fue centrodelantero, como su ídolo Martín Palermo. "Me encanta jugar al fútbol y ahora lo hago en el campeonato de Colonias y Cerros. En la actualidad formo parte de un equipo que armamos con amigos que se llama Dale Que Va. Se trata de un grupo de chicos con los que hemos crecido jugando en las inferiores del Chaira", sostiene con orgullo.

Algo de historia

En un amplio terreno de Alsina al 50, en el barrio La Araña, la pareja formada por Carlos y Sabrina comenzó a construir su casa. Pero las dificultades eran muchas y la obra se prolongaba eternamente. Entonces Carlos tomó la decisión de dejar su empleo. Allí Sabrina le preguntó qué pensaba hacer entonces: "Primero terminar la casa y después hacer algunos trabajos", le dije, rememora Carlos. Sabrina le dio su apoyo incondicional y de a poco la casa se fue terminando.

El recuerdo del primer trabajo como independiente "fue una reja que me encargó un amigo. En ese momento la tuve que armar en el piso porque todavía no había podido comprar las herramientas indispensables para trabajar. Así que me quedó medio torcida. Mi amigo me dijo que estaba bien, pero en ese momento yo creía que había quedado bastante mal", afirmó.

Poco a poco fue comprando los elementos necesarios y su anterior patrón le dio una mano al hablar con la ferretería Galarza para que le dieran herramientas y que las pague como pueda, algo que siempre sigue agradeciendo. Sabrina es licenciada en administración de empresas, por lo que también aportó sus conocimientos en materia de gestión empresarial y fue ella quien lo convenció que debía mostrar lo que hacía.

Así, Carlos comenzó a exhibir en redes sociales varios de sus trabajos. Lo concreto es que un mueble de metal que tiene en su hogar fue visto por más de veinte mil personas y algunas de ellas le encargaron otro igual.

"Cuando llegó la pandemia todo explotó. Con la cuarentena nos llovieron los trabajos. La verdad es que no nos podemos quejar", señala Carlos. Para él la explicación pasa porque la gente está invirtiendo en su hogar dinero que antes del Covid 19 gastaba fundamentalmente en turismo.

Hoy ASC tiene tres empleados cuando al principio sólo había uno y si hay trabajos más grandes se contrata personal eventual. Igualmente, la falta de mano de obra calificada sigue siendo un problema importante para la actividad productiva: "Tratamos de ir enseñando mientras avanzamos", admite Carlos, quien se fue haciendo desde abajo en este oficio de metalúrgico que hoy tiene como sostén económico.