La primera cosa que se me ocurre pensar, que me parece muy interesante y que nos acerca al genial maestro, es, primero, que Beethoven constituye una fuente, quizás junto con Bach, de la que abreva buena parte de la música que todos nosotros hacemos luego, directa o muy indirectamente.

De música se puede hablar un montón y eso, obviamente, tiene razón de ser. Sin embargo, otro aspecto que resulta muy interesante para nosotros es pensar que nuestro prócer máximo, en realidad muchos de nuestros próceres, fueron contemporáneos de Beethoven. Por caso, San Martín. Y dicen por ahí que el propio San Martín tenía abono para escuchar las temporadas de musica de Beethoven en las más importantes capitales, en su paso por Europa.

Se me ocurre que quizás en la lista de reproducción del iPod o de los celulares de nuestros próceres, estaría Beethoven como uno de los primeros. No solamente por la cuestión de la contemporaneidad, sino porque su música representa la banda sonora de las revoluciones de esas épocas.

Otra cosa que me parece muy interesante, es entender que nosotros tenemos una fuerte influencia beethoveniana porque nuestro Himno es fuertemente beethoveniano. Y eso es algo que no solamente corresponde a un humor de época, sino que corresponde a una cierta empatía de las ideas beethovenianas con las ideas de esa época. La obra del compositor narra un poco, atestigua un poco, esa realidad: es parte de lo que fuerza la libertad de los pueblos de Sudamérica. Y eso es, definitivamente, muy importante.

(*) Músico