Bolivia ha marcado un hito clave en su desarrollo económico al inaugurar la primera planta estatal de carbonato de litio en el prestigioso Salar de Uyuni. Con una inversión significativa de 110.2 millones de dólares, la fábrica entra en funcionamiento después de cinco años de construcción, superando diversos desafíos temporales.

El presidente Luis Arce destacó la importancia de este logro al afirmar: "Damos un paso trascendental en la vida económica histórica del país, al entrar al plano industrializador del litio boliviano". El Salar de Uyuni concentra una parte considerable de los vastos recursos de litio de Bolivia, posicionándolo estratégicamente en la transición hacia las energías limpias.

La capacidad proyectada de la planta es impresionante, con la capacidad de producir "más de 15,000 toneladas de carbonato de litio al año", según indicó el ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina.

Apodado "oro blanco", el litio desempeña un papel fundamental en la fabricación de baterías para dispositivos electrónicos, computadoras y vehículos eléctricos. La creciente demanda de litio refleja los esfuerzos globales por alejarse de las fuentes tradicionales de energía y reducir las emisiones de carbono.

Bolivia, con aproximadamente 21 millones de toneladas de recursos de litio, se ha convertido en un actor clave en el mercado global. A diferencia de las reservas, que indican cantidades explotables, los recursos señalan el depósito disponible cuya viabilidad comercial aún debe confirmarse.

La planta, construida por Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), aplicará tecnologías amigables con el medio ambiente, incluyendo un enfoque de ahorro de agua para mitigar su impacto.

Bolivia, junto con Chile y Argentina, forma el "triángulo del litio", el mayor depósito mundial de este metal. La reciente alianza de Bolivia con China y Rusia para la explotación industrial del litio demuestra el creciente interés internacional en este recurso estratégico.

Con planes ambiciosos, el gobierno de Arce espera que las exportaciones de litio alcancen los 5,000 millones de dólares el próximo año, superando las ventas de gas que, hasta hace poco, eran su principal fuente de ingresos pero enfrentan una crisis por falta de inversiones.