El reciente informe del Banco Mundial destaca que Bolivia tuvo el crecimiento económico más bajo de toda Latinoamérica y el Caribe durante 2024, con apenas un 1,4%, cifra muy por debajo de la meta gubernamental del 3,71%. Esta situación coloca al país en una posición crítica, aunque por encima de Haití, Argentina y Ecuador, que experimentaron decrecimiento económico.

Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, explicó que esta realidad económica refleja los riesgos de una posible estanflación en el país, caracterizada por un estancamiento económico y una presión inflacionaria sostenida.

Romero atribuye esta situación a una crisis fiscal que se ha acumulado durante más de una década y que, en 2024, se agudizó debido a la escasez de dólares, afectando tanto el ámbito público como privado.

“Los organismos internacionales ya anticipan que las proyecciones de crecimiento económico para Bolivia serán menores al 2%, con serios riesgos para la estabilidad económica del país”, afirmó Romero.

El panorama para 2025 no parece más alentador, especialmente en un año marcado por las elecciones generales, lo que podría dificultar aún más la recuperación económica. Según Romero, la combinación de incertidumbre política y deterioro fiscal profundiza las dificultades para superar este complejo entorno económico.

Este análisis subraya la urgencia de implementar reformas estructurales que aborden las causas de esta crisis económica, fortaleciendo tanto el sector público como el privado para garantizar una senda de crecimiento sostenible en el futuro.