El expresidente Carlos Mesa expresó este domingo su preocupación sobre las elecciones judiciales que se desarrollan en Bolivia, calificándolas como un proceso que no resuelve los problemas fundamentales de la justicia en el país. Durante sus declaraciones, Mesa señaló que el sistema de elección de magistrados debe ser modificado y consideró que esta elección es una transición sin impacto real en la estructura judicial.

Críticas al proceso electoral y al Tribunal Constitucional

Mesa cuestionó el rol del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en este proceso, afirmando que ha impuesto reglas que rompen la legalidad al permitir que en solo cuatro departamentos se vote por sus magistrados, mientras que en otros cinco esta posibilidad está ausente. “No es una elección ideal, y temo que en enero se legalizarán no solo a quienes sean genuinamente elegidos, sino también a los magistrados autoprorrogados del Tribunal Constitucional”, sostuvo.

Para el expresidente, el TCP no garantiza imparcialidad ni cambios en la justicia, considerando que cinco de sus miembros continuarán en el cargo, lo que distorsiona el proceso judicial en el país. Advirtió que esto podría ser un problema significativo durante las elecciones presidenciales de 2025.

Tres problemas fundamentales de la justicia boliviana

Mesa identificó tres problemas principales que han afectado las elecciones judiciales de 2011 y 2017, y que persisten en este proceso:

1. Militancia partidaria: La influencia política en quienes ejercen la justicia.

2. Corrupción: Niveles altos y sistemáticos dentro del sistema judicial.

3. Falta de idoneidad profesional: Jueces y magistrados sin las capacidades necesarias para administrar justicia.

“Estos problemas han llevado a una justicia que está peor que nunca en la historia republicana del país”, sentenció Mesa.

Necesidad de una reforma estructural

El expresidente insistió en la urgencia de una reforma estructural de la justicia, señalando que el sistema actual de voto popular directo debe ser eliminado y reemplazado por un modelo que priorice el mérito profesional de los candidatos. Para Mesa, esta reforma debe ser abordada por un nuevo gobierno en 2025, idealmente uno que surja de la oposición. “Solo con una reforma constitucional podremos resolver los problemas estructurales que enfrenta la justicia boliviana”, afirmó.

Expectativas y preocupaciones

Mesa expresó pocas esperanzas sobre las nuevas autoridades del Tribunal Constitucional, pero señaló que espera que las autoridades del Tribunal Supremo de Justicia mantengan imparcialidad y mejoren la administración de justicia. Sin embargo, advirtió que la permanencia de magistrados autoprorrogados en el TCP representa un riesgo para el equilibrio del sistema judicial y los procesos democráticos del país.

El expresidente concluyó resaltando la importancia de que un futuro gobierno se comprometa con la transformación del sistema judicial para garantizar una justicia imparcial, profesional y libre de corrupción.